La remake de Blancanieves fue criticada por tratar temas polémicos

Disney apostó fuerte al remake en acción real de Blancanieves y los siete enanitos, pero lo que parecía una nueva adaptación de un clásico terminó convirtiéndose en uno de los proyectos más conflictivos en la historia del estudio. Con cambios en la historia, polémicas sobre la representación de los enanos y declaraciones controversiales de la protagonista, la película se estrenó envuelta en debates sobre identidad, inclusión y la dirección que está tomando la compañía en su afán por modernizar sus historias.

Desde 2019, Disney venía cosechando éxito con sus versiones en acción real de clásicos como Aladdín, La Bella y la Bestia y El Libro de la Selva, que actualizaron sus narrativas para una audiencia más diversa y contemporánea. En ese contexto, la idea de relanzar Blancanieves, el primer largometraje animado del estudio, parecía una apuesta segura.

Sin embargo, la película enfrentó desafíos desde el principio. Uno de los puntos más discutidos fue el tratamiento de los siete enanitos, personajes fundamentales en la versión original de 1937. La compañía decidió no representarlos como personas con enanismo, lo que generó críticas de actores y organizaciones que defendían la representación en la industria cinematográfica.

Otro foco de tensión fue Rachel Zegler, la actriz elegida para interpretar a Blancanieves. La joven de ascendencia colombiana recibió comentarios racistas por parte de sectores más conservadores, pero también provocó reacciones negativas con sus propias declaraciones. En entrevistas, Zegler aseguró que esta nueva Blancanieves "no será rescatada por un príncipe" y que la película propondrá una visión más independiente del personaje, lo que avivó el debate sobre el respeto a los clásicos y los cambios en la narrativa.

El remake de Blancanieves se convirtió en un símbolo de las tensiones entre la industria del entretenimiento y los cambios culturales y políticos. Mientras algunos aplauden la apuesta de Disney por la diversidad y la inclusión, otros cuestionan si estas decisiones responden a un genuino interés por la representación o a una estrategia de marketing forzada.

En cualquier caso, la película ya pasó a la historia como un ejemplo de cómo las grandes producciones pueden convertirse en el centro de los debates sociales actuales. Ahora, queda por ver si Disney logra superar la controversia o si este remake se suma a la lista de fracasos que muestran los límites de la nostalgia en el cine moderno.