Casa Cuna: la difícil tarea de cuidar y amar a bebés que no tienen nada

Casa Cuna encabeza por estos días una campaña solidaria para conseguir leche maternizada y pañales para nueve bebés que tienen actualmente en guarda. Esta necesidad muestra más que una simple colecta, y exhibe el trabajo que realiza un grupo de voluntarias, en conjunto con personal del hospital Rawson con personitas que no tienen absolutamente nada, y que reciben el amor de desconocidas que viven para brindarles todo lo necesario en la primera niñez.

DIARIO HUARPE dialogó con Laura Chiappero secretaria de Casa Cuna y encargada del voluntariado. La mujer contó cómo trabajan para atender ahora a estos pequeños, entre los que tienen un bebé recién nacido, cuya mamá llegó desde un país limítrofe para parir en la provincia y luego irse. Esos testimonios se multiplican por miles en los más de 60 años de trabajo de Casa Cuna en la provincia.

"Acá las voluntarias vienen a dar amor, que es lo que más necesitan los chicos. Es algo que solo los seres humanos podemos dar. Los bebés necesitan quién les dé la mamadera, los tome en brazos y juegue con ellos. Los chicos acá están aislados y lo único que necesitan es cariño que les servirá para formarse como personas que son el futuro de esta provincia", dijo Chiappero.

Consultada por cómo se hace para llevar adelante tan difícil tarea de establecer un vínculo con criaturas que se sabe de antemano que no estarán mucho tiempo en el lugar, la mujer se sinceró: "Uno tiene que entenderlo desde el inicio. Viene a dar afecto y se vincula con los pequeños, pero lo que más quiere es que se vayan con sus familias -adoptivas o biológicas- y que tengan una vida normal. Los chicos que tenemos es porque sus papás están en conflicto con la ley y deben esperar acá que la Justicia resuelva qué hacer con ellos", explicó Chiappero.

Actualmente, está cerrado el cupo de voluntarias porque tienen muchas. "Son un grupo de personas que tienen turnos según sus posibilidades. Vienen dos horas y lo que hacen es vincularse con los pequeños. Por ahora tenemos todo cubierto y lo único que necesitamos es leche de fórmula y pañales. Los interesados nos pueden ayudar trayendo los pañales por acá y dejando la leche en las Shell de Rawson que está en la calle Doctor Ortega, en Capital en lateral de Circunvalación e Ignacio de la Roza y en la de Concepción, al lado de la cancha de San Martín", detalló la encargada del voluntariado.

Entre llantos que no cesan y pedidos de brazos, Chiappero atiende la requisitoria periodística diciendo: "acá necesitamos amor. Amor de todos. Es difícil esta tarea, es difícil desprenderse. Hay que pensar que uno debe hacer lo mejor que puede hoy y así desearles lo mejor a estos pequeños". La secretaria de Casa Cuna hizo una pausa en el relato y recordó que el chico que más tiempo estuvo lo hizo por poco más de un año y medio. Recordó cómo trabajaban en la pandemia, con una autorización de la Justicia para llevar los pequeños a las casas de los miembros de la comisión de Casa Cuna. A la pausa la llena un suspiro. Seguramente la invadió un recuerdo de un pequeño abrazo o una mirada en busca de un juguete. 

La entrevista continuó entre ropita limpia tendida y los sonajeros repartidos en los cochecitos. Allí esos 9 pequeños esperan la colaboración de los sanjuaninos en calle Santa Fe y Patricias Sanjuaninas, a la entrada del hospital Rawson. Allí, esos bebés, también necesitan de amor no solo de las voluntarias.