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Crisis profunda en el instituto Médico San Juan: el testimonio de una enfermera
Yanina Pari, delegada de ATSA, explicó que los empleados pasaron de realizar entre 15 y 20 guardias mensuales a solo 2 o 3, afectando severamente su economía familiar.
POR REDACCIÓN
Trabajadores del Instituto Médico San Juan hicieron pública la situación que atraviesan desde el 1° de mayo de 2025, denunciando recortes, falta de conducción y abandono, lo que ha generado una profunda preocupación por el futuro asistencial y laboral de la institución. La crisis se centra en la suspensión casi total de los servicios de guardias médicas activas y una drástica reducción en la atención a pacientes.
Yanina Pari, delegada de ATSA (Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina) y enfermera en el instituto, explicó en Estación Claridad la situación desde su testimonio. Según Pari, el problema se originó con la renuncia de un jefe médico, lo que llevó a la ausencia de pacientes y, por ende, a una reducción significativa en las horas de trabajo para todo el personal. "Lo que estamos sufriendo desde ese desde el 2 de mayo exactamente, es que al haber la renuncia de un jefe médico no hay pacientes y por ende tanto la parte de terapia intensiva como la parte de internado vieron reducidas sus horas de trabajo en el personal, en todo el personal, ya sea tanto enfermeros, kinesiólogos, radiólogos, mucamas, telefonistas, nutricionistas, cocina, mantenimiento, todo el personal se vio afectado", afirmó Pari.
Esta reducción tuvo un impacto directo en los ingresos del personal. Muchos trabajadores, que antes realizaban entre 15 y 20 guardias mensuales, ahora solo hacen 2 o 3, lo que es insostenible para sus economías familiares. Yanina Pari compartió su propia experiencia: "mi caso personal yo más o menos cobraba quizás $800.000 y ahora como hice dos o tres guardias y me pagaron $230.000 pesos más o menos". Subrayó que, aunque ella tiene otros ingresos, "hay compañeros de trabajo que solamente dependen del Instituto Médico. Por eso estamos haciendo esta este esta difusión para que se solucionen para aquellos que sí lo necesitan realmente".
Actualmente, la institución mantiene un funcionamiento mínimo, con la terapia intensiva cerrada y la internación común operando con un solo paciente, quien es familiar directo del gerente de la institución, el Horacio Marún. La delegada explicó que "la terapia intensiva está cerrada solamente", y solo "hay un paciente que es familiar del gerente que está en la parte del internado común". Las guardias en el instituto tampoco están funcionando debido a la falta del jefe médico. Los consultorios externos, sin embargo, parecen seguir operando con normalidad, aunque son un sector aparte.
El personal afectado, que se estima en unas 30 personas entre enfermeros, kinesiólogos, radiólogos y otros, se encuentra en una situación de incertidumbre. La gerencia adució que no pueden conseguir un jefe médico, y se rumorea que, si bien se ha buscado, "ninguno quiere ir" al instituto, sin que se hayan dado razones claras al personal.
Los trabajadores buscaron respuestas a través de su gremio, ATSA, que solicitó la intervención del Ministerio de Trabajo. Se llevaron a cabo reuniones conciliatorias; en la primera, en mayo, se acordó que la gerencia buscaría un jefe médico. Sin embargo, en una segunda reunión el 19 de junio, la gerencia no se presentó, lo que fue percibido como "una falta de compromiso, falta de respeto ante la situación". Ante esta falta de avances, los trabajadores decidieron hacer pública la situación.
La crisis visibiliza un riesgo de colapso asistencial y laboral, con la posibilidad de escalar a un conflicto gremial. La incertidumbre sobre el futuro es palpable: "No sabemos qué va a pasar con la institución. Por eso es incierto, por eso el temor de muchos compañeros que va a suceder", expresó Pari. La preocupación es aún mayor considerando que el instituto cuenta con ocho camas de terapia intensiva y entre 10 y 12 camas de internación común que no están en funcionamiento.