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Deberá pagar $65.000 y trabajar gratis por hacerse pasar por psicopedagoga
Una joven deberá pagar $65.000 y trabajar gratis por hacerse pasar por psicopedagoga y psicóloga, según la Justicia. El Colegio de Psicopedagogos de San Juan la denunció por usurpación de títulos.
Por Germán González
La Justicia de San Juan emitió una resolución contra una joven de Caucete, Ludmila Lucero, denunciada por usurpación de títulos, por el Colegio Profesional de Psicopedagogos de San Juan. La mujer se publicitaba y promocionaba en redes sociales con diferentes flayers como psicopedagoga y psicóloga y se ofrecía como DAI, pero quedó al descubierto su mentira tras varias averiguaciones de la entidad y la denuncia de una clienta. Más allá de lo que pasó, la imputada zafó de una condena y recibió una probation. Deberá pagar $65.000 en concepto de reparación simbólica y trabajar gratis en la Municipalidad de Caucete.
El Javier Figuerola dio lugar a la propuesta de reparación simbólica mediante el pago de la suma de $15.000 en favor del denunciante Roberto Antonio Pérez a ser entregadas en dos cuotas iguales y consecutivas y $50.000, la que será abonada a través de la Oficina de Medidas Alternativas, la que deberá hacer entrega al Instituto Irina, dicha suma tendrá darse en dos cuotas iguales y consecutivas de $25.000 cada una, con vencimiento la primera el 10 de Octubre del 2024 y la segunda el 10 de Noviembre del 2024.
La realización de tareas no remunerados (trabajo comunitario) por parte de Lucero deberán ser por un total de 60 horas en la Municipalidad de Caucete o en el lugar donde determine la Oficina de Medidas Alternativas, dichas horas tendrán que cumplirse en el término de seis meses.
El 31 de enero, la licenciada Gabriela Buigues, vicepresidenta del Colegio de Psicopedagogos, consultó sobre la existencia de una matriculada con el nombre de Ludmila Lucero tras observar una publicación en Facebook donde esta persona se ofrecía como Docente de Apoyo Inclusivo (DAI) y afirmaba ser licenciada en Psicopedagogía. Tras verificar los registros del Colegio, se constató que no había ninguna matriculada con ese nombre.
Preocupados por un posible ejercicio irregular de la profesión, el Consejo Directivo tomó medidas. El 1 de febrero, la licenciada Camila Dupoux contactó a Lucero sin identificarse, y esta última aseguró que sus consultas eran virtuales, con un costo de $5.000, además de describirse como psicóloga, psicopedagoga y docente de educación especial. Las capturas de pantalla de esta conversación se adjuntaron como parte de la prueba de la denuncia ante la UFI Delitos Genéricos.
El perfil de Facebook de Lucero, que era público, contenía varios flyers donde se promocionaba como licenciada en Psicopedagogía y Psicología. El 5 de febrero, la licenciada Mildre Tejada se comunicó con el Tribunal de Disciplina del Colegio, presentando un folleto donde Lucero también ofrecía sus servicios.
Por otro lado, durante una conversación de chat, que quedó con captura para la prueba, Lucero indicó que su matrícula era la 62.397, lo que llevó al Consejo a recabar más información, descubriendo que no estaba en el registro.
A partir de relatos de pacientes, también se supo que Lucero había realizado sesiones de apoyo a una nena, cobrando a la madre por cada encuentro y entregando informes sin firma ni sello. El 19 de febrero, Lucero comunicó que dejaría de atender a la niña, argumentando la necesidad de matricularse para continuar con su práctica.
Ante estos hallazgos, el Colegio de Psicopedagogos denunció a Lucero ante fiscalía. Su legajo se formalizó en una investigación penal preparatoria en su contra por presunta usurpación de títulos, pero concluyó en una probation sin llegar a una condena porque la joven no tenía antecedentes penales.