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Uruguay es el único país de América Latina que no festeja la Navidad
Uruguay se destacó como el único país de América Latina que no festeja la Navidad. Conocé los motivos.
POR REDACCIÓN
Uruguay es el único país de América Latina que no celebra oficialmente la Navidad. Este hecho sorprendió a todas las personas, considerando la fuerte tradición católica de la región, sin embargo, en 1919, el país adoptó una Constitución que separó la Iglesia del Estado, dando lugar a una serie de cambios en su calendario festivo con las fechas religiosas, reemplazándolas por denominaciones laicas que, aunque coinciden en el mismo día, no tienen un carácter religioso.
En lugar de la Navidad, los uruguayos celebran "el Día de la Familia", una festividad que mantiene el espíritu de reunión y convivencia, pero sin el componente religioso que caracteriza a la celebración cristiana en la mayoría de los países de la región. Esta fecha se llena de cenas familiares, intercambios de regalos y un ambiente de unión, pero con un enfoque secular. De hecho, el 25 de diciembre sigue siendo feriado nacional, aunque se celebra de manera completamente distinta a como lo hacen los demás países latinoamericanos.
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El Decreto de 1919 que introdujo estos cambios también afectó otras festividades comunes en América Latina, como el Día de Reyes y la Semana Santa. El día que tradicionalmente está asociado a la entrega de regalos por parte de los Tres Reyes Magos, fue reemplazado por el "Día de los Niños", una fecha destinada a celebrar a los más pequeños, pero sin alusiones religiosas. Por su parte, la Semana Santa, que en muchos países es una de las celebraciones más importantes del calendario cristiano, fue transformada en la "Semana del Turismo", promoviendo el descanso y la recreación en lugar de las conmemoraciones religiosas.
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El propósito de estas modificaciones era mantener los días festivos como momentos para la familia y el descanso, pero sin las connotaciones de la tradición católica, en concordancia con el espíritu laico promovido por la Constitución de 1919. Este enfoque reflejó un cambio en la identidad de Uruguay, que se consolidó como un país que separó las prácticas religiosas del ámbito del Estado.
A pesar de que el país no celebra la Navidad de manera oficial, muchos uruguayos mantienen la tradición de esta festividad en el ámbito privado. Las familias suelen reunirse, compartir comidas y regalos, y disfrutar de una jornada festiva similar a la de otros países, aunque sin el respaldo institucional de una celebración religiosa. Aunque el Día de la Familia ocupa el espacio en el calendario, la tradición navideña perdura en muchas casas uruguayas, aunque con una aproximación diferente a la de sus vecinos.