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Cultura y Espectáculos > Había quedado viudo

50 años juntos: la historia de amor entre "El Loco" Gatti y su esposa Nacha

Hugo Gatti y Nacha Nodar vivieron una historia de amor que comenzó en los años '70 y duró más de medio siglo. Se casaron en 1977, formaron una familia y compartieron proyectos. En 2024, el exarquero enfrentó la dolorosa pérdida de su compañera de toda la vida.

POR REDACCIÓN

20 de abril de 2025
La familia Gatti en una entrevista con Susana Giménez. Foto: gentileza 

La historia de amor entre Hugo Orlando "El Loco" Gatti y Nacha Nodar fue de esas que parecen sacadas de una película. Todo comenzó con un cruce casual cerca de la casa de ella, en un negocio que compartían dos leyendas del fútbol: Luis Artime y Carlos Griguol. Pero en aquel primer encuentro, el Loco no le prestó demasiada atención. Sería el destino, años después, el encargado de reescribir el guion.

Fue en Mar del Plata donde el flechazo finalmente ocurrió. En una entrevista con Susana Giménez en 2008, Nacha recordó que la relación se consolidó cuando Gatti regresó de un viaje, ya que en ese momento “él estaba de novio con una chica de allá”. A partir de entonces, no se separaron más.

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Se casaron en 1977 y tuvieron dos hijos: Federico y Lucas, este último con una carrera como futbolista que lo llevó por clubes de Argentina y Europa. Más allá del glamour y la exposición mediática, su vínculo se sostuvo con amor, humor y complicidad. En los años '90, incluso protagonizaron una publicidad junto a otra pareja del fútbol, Ubaldo Fillol y su esposa Olga, para la marca Súbito. “Nos divertimos mucho. ¿La recuerdan? Ojalá aparezca la de Helados Laponia en algún momento”, rememoró el “Pato” en un tuit de 2021.

Un amor que resistió el tiempo

Durante más de cinco décadas, Nacha fue mucho más que la esposa del Loco. Fue su compañera de ruta, su sostén, y su refugio en los momentos difíciles. La pareja vivió entre luces y sombras, pero siempre unida.

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En 2024, Gatti enfrentó el momento más duro de su vida con la muerte de Nacha, lo que dejó un vacío inmenso en su vida. Su partida marcó el final de una historia de amor que supo resistir el paso del tiempo, las distancias y la fama.

El legado del Loco en el fútbol

Nacido en Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires, Gatti fue más que un arquero. Fue una figura revolucionaria dentro del fútbol argentino, con un estilo atrevido, adelantado a su época y una personalidad magnética.

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Jugó en Boca, River, Gimnasia y Esgrima La Plata, Unión de Santa Fe y Atlanta, aunque su mayor gloria la alcanzó con el Xeneize, donde disputó 417 partidos —el arquero con más presencias en la historia del club— y ganó dos Copas Libertadores, una Intercontinental en 1977, y los Metropolitanos de 1976 y 1981.

En total, atajó 26 penales a lo largo de su carrera y jugó hasta los 44 años, una rareza para la época. También representó a la Selección argentina en 18 ocasiones. Con su melena rubia, su capacidad para jugar con los pies y su carácter provocador, Gatti se convirtió en una leyenda viva del fútbol.

Hoy, más allá de los récords, queda el recuerdo de un hombre apasionado, irreverente, único. Y el testimonio de una historia de amor real, intensa y duradera junto a Nacha, su gran compañera. Porque detrás del personaje, siempre estuvo ella.

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