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Dieta antialérgica: cómo la alimentación puede aliviar los síntomas de las alergias estacionales
Incluir alimentos frescos y de estación, evitar ultraprocesados y mantener hábitos regulares ayuda a reducir el malestar provocado por el polen y otros alérgenos.
POR REDACCIÓN
Durante la temporada de alergias estacionales, el polen de plantas como el fresno, el plátano y el ligustro alcanza niveles elevados en el aire, provocando síntomas como picazón, estornudos y congestión. Frente a este escenario, la nutrición puede jugar un papel importante en la forma en que el cuerpo responde a estas reacciones.
La nutricionista Cecilia Alessandri, del Grupo L, señala que “la alimentación no cura las alergias, pero sí puede influir en cómo nuestro cuerpo reacciona frente a ellas. Una microbiota saludable, una buena nutrición y un equilibrio entre nutrientes son claves para que el sistema inmunológico responda de manera favorable”.
Entre los hábitos recomendados para potenciar una alimentación antialérgica, Alessandri destaca la importancia de mantener horarios regulares para las comidas y el descanso, ya que “el sistema inmunológico responde mejor cuando el organismo tiene ritmos biológicos estables”. Dormir bien y comer a horarios constantes favorece la regulación hormonal y la reparación de la mucosa intestinal.
Por otro lado, es fundamental limitar el consumo de alimentos ultraprocesados, ya que sus aditivos, colorantes y grasas trans pueden alterar la microbiota intestinal y promover procesos inflamatorios. En cambio, se aconseja priorizar alimentos frescos, de estación y con pocos ingredientes en su etiqueta nutricional.
La hidratación también juega un rol esencial para mantener las mucosas en condiciones óptimas, lo que contribuye a una mejor defensa frente a los alérgenos. Asimismo, aumentar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes, fibra y ácidos grasos saludables —como el salmón, la chía, el yogur natural con avena, los integrales y las frutas— ayuda a modular la inflamación y a mejorar la tolerancia del organismo.
Las alergias se producen cuando el sistema inmunológico reacciona de forma exagerada ante sustancias normalmente inofensivas, liberando histamina y otras sustancias inflamatorias. Algunos alimentos pueden ayudar a reducir estos síntomas debido a sus nutrientes que modulan la inflamación y fortalecen la respuesta inmune.
Por ejemplo, los alimentos ricos en vitamina C y flavonoides, como los cítricos, el kiwi y la manzana, contribuyen a disminuir la liberación de histamina. Los omega 3, presentes en pescados, nueces y semillas, tienen un efecto antiinflamatorio natural. Además, los alimentos fermentados como el yogur, junto con la fibra, mejoran la salud intestinal y promueven una respuesta inmunológica más equilibrada.
En primavera, el cuerpo debe adaptarse al cambio de estación y reforzar sus defensas frente a los alérgenos ambientales. Por eso, es recomendable incorporar verduras de hojas verdes que ayudan a depurar y equilibrar el organismo. También se sugieren pescados grasos como el salmón, la caballa y la sardina, así como el aceite de oliva extra virgen, las nueces, las semillas de lino o chía, la cúrcuma y el jengibre, todos con propiedades antiinflamatorias.
Además, alimentos ricos en quercetina y polifenoles —como la manzana, la uva negra, los arándanos, la cebolla y el té verde— poseen efectos antihistamínicos y antioxidantes naturales. Fortalecer la barrera intestinal con fermentados como el yogur o el këfir, junto con la fibra, es fundamental para cuidar la microbiota intestinal, considerada clave para una buena respuesta inmunológica.
Alessandri concluye que “si bien la alimentación no reemplaza al tratamiento médico, ciertos alimentos pueden modular la respuesta inmunológica y reducir la inflamación, ayudando a que los síntomas sean más leves”. Por lo tanto, una dieta fresca, natural, equilibrada y de estación es una aliada valiosa para disfrutar la primavera con menos molestias alérgicas.