Cultura y Espectáculos > Un legado imparable
El Festival de Tango cerró con diversidad, pasión y nuevas caras en la pista
El Festival de Tango cerró con diversidad, pasión y nuevas caras en la pista. En tres días, más sanjuaninos se animaron al 2x4.
El tango volvió a brillar en San Juan con el cierre de la segunda edición del Festival Tango San Juan, que tuvo lugar del 22 al 24 de noviembre en el Centro Cultural Conte Grand. Durante tres días, el evento reunió a apasionados de la danza, curiosos y experimentados, consolidándose como una plataforma clave para la difusión y disfrute de este género emblemático.
Con zapato de punto o zapatillas, se baila igual
El festival buscó romper barreras y abrir sus puertas a todo aquel que quisiera conectarse con el tango. Rafael Lloret, maestro y organizador, contó a DIARIO HUARPE que lo más destacado fue la diversidad de asistentes: "Nos sorprendió ver caras nuevas. Muchos tomaron este festival como su primera milonga, y eso es muy valioso para la comunidad tanguera".
El festival tiene como objetivo difundir el tango y así lo mostró el público que se animó a subir a la pista. Hubo desde peinados a la gomina relucientes, pitucones de traje y zapatos relucientes de tanto lustrar, pero también jogging y zapatillas, alguna casaca de fútbol y alguna remera suelta.
Niños, jóvenes, adultos mayores, estuvieron presentes. La edad no fue una barrera para impedir que las familias celebraran la milonga sanjuanina.
Tres días de actividades y emociones
El festival ofreció una amplia programación, que incluyó:
- Talleres y clases magistrales para todos los niveles, impartidos por destacados maestros como Jonathan Spitel, Betsabet Flores, Joel Tempestti y Águeda Mansilla.
- Una experiencia para los más pequeños con el taller "Minitangueritos", que introdujo a los niños al mundo del tango de forma lúdica y creativa.
- Milongas vibrantes, como la de bienvenida, la de gala con la Cachivache Orquesta, y la de despedida, que cerró el evento con muestras de bailarines, músicos y feria cultural.
Un legado en construcción
Además de los momentos de baile, el festival se posicionó como un espacio para reflexionar sobre el futuro del tango. "Este género, nacido al este de Argentina, se adapta y evoluciona, siendo adoptado por cada región que lo hace propio", comentó Lloret. También hubo actividades relacionadas con ejercicios para evitar lesiones o lograr mayor coordinación, la idea de esto era abarcar íntegramente al género.
El cierre, marcado por una milonga festiva el domingo por la tarde, mostró que el tango sigue vivo como tradición y como un legado que no se estanca. Que para sacar la viruta al piso no hay edad.