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Sociedad > Historia

La dramática vida del hombre más alto de Argentina

Sergio Gómez, el hombre más alto de la Argentina con 2,26 metros, lucha contra un cáncer y enfrenta la dificultad de encontrar trabajo y vivienda debido a su gigantismo. A los 35 años, su vida está marcada por desafíos constantes. 

POR REDACCIÓN

28 de marzo de 2025

Sergio Gómez, a sus 35 años, es el hombre más alto de la Argentina, midiendo 2,26 metros. Desde su adolescencia, su vida ha estado marcada por su estatura, que fue diagnosticada como gigantismo debido a un problema en la glándula hipófisis. A los 12 años ya medía 1,95 metros, pero fue recién con el tiempo que los médicos descubrieron que su crecimiento desmesurado era una condición de salud, ya que su cuerpo producía más hormona del crecimiento de lo normal, lo que no solo lo hizo destacar por su altura, sino que también representó un desafío médico y personal.

La vida de Sergio, conocido por su apodo "Chiquito", es una historia de lucha constante. Mientras la mayoría de las personas de su edad experimentan un proceso de crecimiento normal, él sigue aumentando de tamaño. Hoy calza un número 55, y para encontrar zapatillas adecuadas, debe pedirlas a Estados Unidos, una complicación adicional en su día a día. Aunque su gigantismo es una condición que ha afectado su vida física, el verdadero reto de Sergio no solo es su estatura, sino también las dificultades que enfrenta a nivel personal y laboral.

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Sergio ha pasado por momentos difíciles. Tras una separación reciente de su esposa y los hijos de ella, decidió mudarse a Buenos Aires en busca de nuevas oportunidades. Sin embargo, el gigante de 2,26 metros no ha encontrado aún trabajo estable. A pesar de sus esfuerzos diarios por encontrar empleo, no ha conseguido uno que le permita vivir dignamente. En el pasado, participó en el programa “Quisiera Ser Millonario” y ganó 500.000 pesos, pero hoy su realidad es muy diferente.

"Ahora estoy solo. Estoy buscando un lugar, no tengo donde quedarme", confiesa con sinceridad. La búsqueda de un lugar adecuado para su altura es también una batalla diaria. "En Buenos Aires hay más posibilidades de encontrar trabajo y están los médicos que me atienden", explica Sergio, quien se encuentra en tratamiento para su gigantismo y un diagnóstico reciente de cáncer.

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Actualmente, trabaja en eventos como seguridad en casamientos y fiestas de 15 años, pero está dispuesto a realizar cualquier oficio. “Puedo hacer de todo, albañil, pintura, jardinería, limpieza”, comenta, con la esperanza de encontrar estabilidad en su vida. A pesar de las dificultades, su resiliencia se mantiene intacta.

En este momento, Sergio vive temporalmente en un pequeño depósito que un amigo le prestó. “No tengo nada, ni heladera, ni ventilador. Solo tengo una cama, un colchoncito de una plaza, y no tengo baño tampoco”, detalla con la humildad que lo caracteriza. Pero lejos de buscar lástima, su mensaje es claro: “Laburo hay, lo que falta muchas veces es gente con el corazón gigante dispuesta a hacerlo”, reflexiona, mostrando su deseo de salir adelante y superar las barreras que la vida le impone.

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A pesar de las adversidades, Sergio sigue luchando por un futuro mejor, con la esperanza de que las oportunidades llegarán. Su historia es un testimonio de fortaleza, perseverancia y la búsqueda incansable de una vida digna, mientras enfrenta los desafíos de ser el hombre más alto de la Argentina.

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