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San Luis: funcionarios ostentan viajes y vehículos de lujo mientras los estatales reclaman aumentos

En pleno ajuste económico y con salarios públicos depreciados, crece la indignación por el estilo de vida de funcionarios de la gestión Poggi. Entre viajes al Caribe y camionetas de alta gama, el discurso de austeridad pierde cada vez más credibilidad.

POR REDACCIÓN

17 de abril de 2025
De un lado, una "flamante" adquisición. Del otro, una "escapadita" lujosa. Foto: gentileza 

Mientras miles de empleados estatales en San Luis luchan por una recomposición salarial y enfrentan un escenario de crisis económica, funcionarios del Gobierno provincial parecen vivir en una realidad paralela. Viajes a destinos paradisíacos, vehículos de alta gama y una vida de confort contrastan de manera brutal con los sueldos licuados que cobran los trabajadores del Estado.

Uno de los casos que más encendió la bronca en los pasillos de Terrazas del Portezuelo es el de Enzo Belzunce, joven colaborador de Victoria Poggi, hija del gobernador. Mientras los estatales hacen malabares para pagar el alquiler o llegar a la segunda quincena, Belzunce compartió en sus redes una postal relajada en San Andrés, copa en mano, disfrutando de la arena caribeña. El episodio, lejos de pasar desapercibido, se viralizó rápidamente entre empleados públicos y generó repudio incluso dentro del propio oficialismo.

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El problema, remarcan desde varios sectores, no es el viaje en sí, sino la ostentación en un momento de ajuste brutal. El propio secretario de Ética Pública y Control de Gestión, Ricardo Bazla, había advertido semanas atrás que los funcionarios deberían evitar mostrar públicamente este tipo de lujos, para no generar “malinterpretaciones”. A juzgar por los hechos, pocos acataron la sugerencia.

La figura de Belzunce además suma un matiz político que irrita: es mano derecha de la hija del gobernador, lo que para muchos simboliza el peso del amiguismo por encima del mérito. “¿Qué hubiera pasado si esto lo hacía un funcionario de la gestión anterior?”, se preguntan algunos trabajadores estatales con ironía.

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Pero los lujos no se limitan a las vacaciones. También están en las calles, donde no son pocos los funcionarios que estrenaron vehículos de alta gama en los primeros meses de gobierno. El caso más comentado es el de un médico de alto perfil del Hospital Central “Ramón Carrillo”, quien, tras chocar su auto, habría reemplazado el rodado por una Ford Ranger 0km. La pregunta que flota en el aire es directa: “¿Cuánto hay que ganar en el Estado para comprar algo así de un día para el otro?”.

El contexto es lo que más golpea. Mientras la indigencia crece, los comedores colapsan y la inflación arrasa con el poder adquisitivo, el contraste con los funcionarios que ostentan su bienestar se vuelve cada vez más doloroso. Las consignas de austeridad, tan repetidas por el gobernador Claudio Poggi, pierden fuerza frente a estas postales de lujo que surgen una y otra vez desde el seno mismo de su gestión.

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La frase “no hay plata” parece tener destinatarios selectivos. Porque mientras muchos cuentan las monedas, otros se pasean por la ciudad en camionetas último modelo o tuitean sus vacaciones en el Caribe. Una realidad que habla por sí sola… y que muchos ya no están dispuestos a callar.

Fuente: La República. 

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