Cultura y Espectáculos > Comunidad
Se celebró el jubileo de Artesanos del Santuario de Fátima
El Santuario de Fátima vibró con el Jubileo de Artesanos y Emprendedores: una jornada única donde la fe se entrelaza con el talento local. Más de 12 horas de actividades que combinaron comercio justo, tradición católica y encuentro comunitario en este templo jubilar.
El Santuario del Inmaculado Corazón de María de Fátima, declarado Templo Jubilar 2025, abrió sus puertas este domingo 11 de mayo para una jornada dedicada al talento local, la espiritualidad y el encuentro comunitario. Desde las 8:00 hasta las 20:00 horas, emprendedores y artesanos tuvieron la oportunidad de exhibir y vender sus productos, recibir la bendición jubilar y ganar las indulgencias del Año Santo.
El evento reunió a una gran variedad de expositores que ofrecieron productos como:
- Comida tradicional y artesanal
- Tejidos y artesanías
- Santería católica, incluyendo medallas y estampitas
- Libros religiosos y de inspiración
- Indumentaria con motivos de fe
El ambiente fue familiar y cálido, donde los asistentes no solo pudieron adquirir productos únicos, sino también compartir momentos de oración y reflexión. La bendición jubilar, uno de los momentos más emotivos, fue recibida por los emprendedores y visitantes, fortaleciendo el sentido de comunidad y fe.
Cada emprendedor contó con un espacio para dar a conocer su trabajo, muchos de ellos vinculados a tradiciones locales y prácticas artesanales transmitidas por generaciones. La venta directa permitió a los asistentes apoyar a los pequeños productores mientras disfrutaban de una experiencia cultural y religiosa enriquecedora.
El Santuario, como parte de las celebraciones del Año Santo 2025, ofreció a los participantes la posibilidad de ganar indulgencias, un aspecto central para los fieles católicos. La combinación de comercio justo, arte y espiritualidad hizo de esta jornada un evento único, donde lo material y lo divino se entrelazaron en armonía. El Jubileo de los Artesanos y Emprendedores no solo fue una feria comercial, sino también una celebración de la identidad comunitaria y la fe.