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Un informe del Banco Mundial alarmó sobre la deserción escolar en los sectores más pobres de la Argentina

Un estudio del Banco Mundial alertó sobre la creciente deserción escolar en la Argentina, que afecta a los sectores más pobres.  

POR REDACCIÓN

20 de octubre de 2024
Las aulas cada vez más vacías. Foto: Gentileza. 

Más del 58% de los niños en Argentina vive en situación de pobreza, una realidad alarmante que no solo afecta su calidad de vida, sino que también impacta en su acceso a la educación y su futuro académico. Aunque la cobertura de la educación obligatoria es buena, los niños en situaciones vulnerables tienen menores tasas de asistencia a la educación temprana y mayores índices de abandono escolar. Esto se destaca en el informe del Banco Mundial titulado “Las trampas de la pobreza en Argentina”, que se presentará en la Asamblea Anual junto al FMI.

El estudio revela que, desde la educación temprana, los niños más vulnerables enfrentan serias dificultades para desarrollar su capital humano. Existe una amplia brecha en el acceso a la educación y servicios de salud según la situación socioeconómica de los hogares. Por ejemplo, en 2023, el 50% de los niños menores de 4 años en hogares urbanos del quintil más rico asistía a la escuela, mientras que solo el 25% de los niños en hogares del quintil más bajo lo hacía. Aunque ha habido mejoras en el acceso a la educación infantil en los últimos años, las disparidades persisten entre provincias.

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Los padres de los niños que no asisten a la escuela mencionaron varios obstáculos, como la falta de transporte adecuado (71%), la distancia de las escuelas (67,5%), el costo de las instituciones (65,1%) y la necesidad de empleos estables (61,3%).

En cuanto a la educación secundaria, aunque la escolarización es casi universal hasta los 15 años, las tasas de deserción escolar aumentan drásticamente en esta etapa, sobre todo entre los estudiantes de hogares más pobres. A pesar de que el acceso a la educación secundaria ha mejorado en la última década, solo el 45% de los jóvenes del 40% más pobre se gradúa a la edad oficial. Esto indica que, a pesar de los esfuerzos por aumentar la matrícula, las estructuras de apoyo y las condiciones sociales siguen fallando.

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La deserción escolar comienza a ser significativa a partir de los 15 años, con un promedio del 15% entre los jóvenes de 17 años, cifra que es tres puntos porcentuales más alta entre los estudiantes de hogares en el 40% más pobre. En áreas urbanas desfavorecidas, como el Conurbano, un 31% de los jóvenes de 17 años no asiste a la escuela y el 13% de los estudiantes había abandonado a los 15 años.

El informe del Banco Mundial también subraya que la proporción de jóvenes es mayor entre los segmentos pobres y vulnerables, lo que significa que los rezagos educativos en estos grupos representan una pérdida significativa de capital humano para Argentina. Además, se establece una estrecha relación entre los resultados escolares y el nivel educativo de los padres, lo que limita la movilidad social. A medida que aumenta la educación de los padres, disminuye el porcentaje de estudiantes que superan la edad correspondiente a su nivel.

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A pesar de este panorama desafiante, el informe señala que los programas de protección social han tenido un impacto positivo en la acumulación de capital humano. La Asignación Universal por Hijo (AUH) ha contribuido a incrementar las tasas de matriculación, especialmente entre adolescentes de 15 a 17 años, así como a mejorar las tasas de permanencia y graduación.

Sin embargo, se advierte que el entorno frágil de desequilibrios macroeconómicos y políticas fiscales insostenibles dificulta la efectividad de estos mecanismos a largo plazo. Como recomendación, el Banco Mundial propone aumentar la inversión en educación, salud y seguridad, enfocándose en los recursos destinados a niños y adolescentes para frenar la transmisión intergeneracional de la pobreza.

A pesar de estas recomendaciones, el gasto en educación ha disminuido significativamente. En septiembre, la secretaría de Educación registró una caída del 56,1% en términos reales interanuales, y en los primeros nueve meses del año, el descenso fue del 48,6%. Según un informe de la consultora Analytica, también ha habido un ajuste severo en la educación superior, así como en los niveles inicial, primario y secundario, con una caída real interanual del 70,5% en las transferencias educativas por parte del Gobierno nacional a las provincias.

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