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Una compra falsa, policías encubiertos y fuga: el increíble rescate de la pumita caucetera

Los proteccionistas trabajaron tres días para poder dar con la cachorra, que estaba en muy mal estado.

POR REDACCIÓN

31 de agosto de 2021

La primera vez que vieron las fotos de la cachorra de puma que un hombre quería permutar, los proteccionistas Luciano Castro, Stela Maris Tallata y Sergio Posse intentaron rescatarla por las buenas. Le escribieron y le insistieron diciéndole que el felino no era una mascota, no se encontraba en buenas condiciones y que lo que hacía era ilegal.

La única respuesta que consiguieron fue ser bloqueados en las redes sociales. La segunda vez tomaron medidas más extremas y organizaron un operativo con ayuda de la Policía que parece sacado de una película.

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A las 18 se reunieron con dos hombres encapuchados en la Terminal de Caucete, acompañados por una mujer policía de incógnito y una jaula vacía. Todo terminó en un intercambio y fuga. Y el premio mayor: la pumita quedó en manos responsables que la curarán de las heridas y enfermedades que sufre.

Todo empezó el pasado viernes, contó Luciano a DIARIO HUARPE. “Me mandaron la captura de un hombre que ofrecía un “leoncito” a cambio de un benteveo que cante”, recordó el proteccionista. Se comunicaron al número de teléfono e intentaron varias veces razonar con la persona del otro lado sin éxito.

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Tras ser bloqueados y ver que no iban a poder de esa manera, recurrieron a otro teléfono y empezaron una negociación. Llegaron a bajar de internet videos de benteveos enjaulados y hasta acordaron intercambiar por dinero el animal. Pero sabían que no iban a poder solos, además de que desconfiaban de las personas con las que hablaban. “Eran muy desconfiados, no nos querían dar la dirección ni ninguna indicación. Eso nos puso nerviosos, pero decidimos seguir”, relató Luciano.

Así la tenían sus captores, quienes la querían cambiar por un benteveo.

Cuando acordaron el intercambio, para el que tuvieron que conseguir una jaula vacía porque ninguno tiene pájaros en su poder, tomaron otra decisión: involucrar a la Policía. “Fuimos a la Comisaría 9ª, que son los únicos que nos han ayudado, y ellos no solo nos dijeron cómo hacerlo, sino que se sumaron rápidamente”, contó.

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Fue así que salieron en el auto de uno de los proteccionistas acompañados por una mujer policía que iba vestida de civil en el asiento trasero. Cerca, pero sin que fuera visible para los que tenían la cachorra, había un patrullero esperando para intervenir. El objetivo era detener a los cazadores en el mismo momento.

“Apenas llegué hicimos todo lo posible para que no vieran la jaula, en la que no había nada, y les pedí que me mostraran a la pumita. La tenían en una caja cerrada con cuerdas y con una cadena atada al cuello, muy nerviosa”, relató. Apenas vieron que estaba efectivamente la cachorra, llamaron al patrullero, que apareció rápidamente con la intención de detener a los dos hombres, que nunca dejaron que les vieran la cara.

“Cuando se dieron cuenta salieron a toda velocidad por un callejón, los policías intentaron seguirlos, pero el móvil no pasaba, así que se escaparon”, explicó Luciano. De todas formas, la investigación avanza y creen que pronto darán con los hombres, que serían conocidos por cuatrerismo y caza furtiva. La esperanza es que den con ellos para descartar que no tengan más animales y que no sigan atrapando otros. Todo indica que para hacerse con la pumita mataron a la madre.

Pasado el momento de nervios, Luciano, Stella Maris y Sergio pudieron concentrarse en la cachorra y confirmaron sus sospechas: estaba en muy malas condiciones. Los cazadores la habían tenido en un corral, atada permanentemente con una cadena que terminaba en cuerda.

Permanecerá dos semanas en cuarentena hasta que se encuentre mejor de salud.

Eso le provocó heridas en el cuello, debido a que no solo ella intentaba fugarse, sino que de ahí la movían. Estaba muy sucia y tenía garrapatas y anémica. Los parásitos estaban afectando su salud, ya que de por sí se encontraba deshidratada y mal alimentada. No saben cuánto tiempo llevaba en cautiverio, pero no descartan que no sea muy pequeña, sino que se veía más pequeña por el estado de abandono.

“Estaba muy asustada, pero no nos atacaba. Se la notaba muy nerviosa y parece que la maltrataban”, contó Luciano. En un video que obtuvieron de los que la tenían se ve que la movían desde el collar, con fuerza. En las imágenes viejas se la veía intentar defenderse, pero cuando llegó a manos de los proteccionistas tomó una postura más tranquila.

De vuelta en la comisaría, personal de la Policía Ecológica se sumó para hacer el traslado al Parque Faunístico, donde quedó al cuidado de los veterinarios. Ahora pasará dos semanas en aislamiento para que se recupere y cuando esté mejor le harán más análisis. Durante ese tiempo ninguno de sus tres salvadores podrá verla, pero es muy probable que le hagan una visita cuando los veterinarios den la autorización. Mientras tanto, al contrario de los dos cachorros de puma que rescataron antes, no abrirán una convocatoria para buscarle nombre. El honor de bautizar a la pumita caucetera será de Luciano, Stella Maris y Sergio, quienes armaron el mega operativo para salvarla.

Luciano y Stella Maris, con la cachorra después de rescatarla.

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