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Sociedad > Día del médico rural

Víctor, el médico que llevó esperanza a las comunidades alejadas

Se desempeñó en las cinco zonas sanitarias y actualmente tiene el cargo de director en el hospital de 25 de Mayo. El respeto hacia el paciente es una de sus herramientas básicas.  

POR REDACCIÓN

04 de julio de 2019

"Ser médico rural, no es solamente instalarse en  lugares alejados, a veces sin las comodidades de las  ciudades, pasar fríos o padecer las altas  temperatura estivales, es también aprender a tolerar el desarraigo de nuestros seres queridos. Pero quizás lo más importante es ser muy respetuoso de las ideas del lugar. Cuando nosotros mostramos respeto y mostramos que nos interesa los que les pasa a los pacientes, tenemos muchas respuestas de cualquier comunidad”, así lo define Víctor Barroso su profesión de médico rural.

Este 4 de julio se conmemora el día del médico rural, en homenaje al natalicio del doctor Esteban Laureano Maradona, un médico que se dedicó al trabajo en terreno con las  comunidades originarias del noreste argentino.  Fue naturalista, escritor y ejerció la medicina durante 50 años en la provincia de Formosa.

La trayectoria del sanjuanino Víctor Barroso es extensa. Se desempeñó en las cinco zonas sanitarias de la provincia. Estuvo largo tiempo en el Hospital Marcial Quiroga y más de 9 años en el Tomas Perón de Rodeo. Actualmente trabaja como Director en el microhospital Santa Rosa, de 25 de Mayo en el que cuenta con importante equipo de salud y coordina con los diferentes puestos de salud del departamento como Encon, La Chimbera, Las Trancas, Puesto Sanitario Villa La Salud.

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“Es entender el contexto y las situaciones en que viven las personas”, sostiene Barroso.

El hombre recuerda cómo hace algunos años llegó una mujer con su bebé en un changuito a las tres de la madrugada, luego de un día de mucho trabajo tuvieron que acudir a la guardia para atender a la señora.

“El caso no revestía una gravedad podría haber venido en horario matutino, una vez atendida le preguntamos ¿quién la acompañaba? y ¿en que había venido? Nos respondió caminando; ¿y cómo la dejábamos ir sola con el niño en medio de la noche y en pleno invierno? decidimos llevarla, eran aproximadamente cinco kilómetros”, dice Barroso y agregó que cuando llegaron vieron que vivía en una sola habitación con sus cuatro hijos y su pareja.

“Esto me hizo un clic, porque ahí comprendimos que era el único horario que ella podía llevar a su hijo al centro de salud, si el marido trabajaba y no tenía con quien dejar a los demás chicos que también eran pequeños”, puntualizó. “Queda claro que las realidades sociales son complejas y a veces difíciles de entender cuando uno desconoce el origen o motivo. Los médicos rurales deben tener una gran empatía y responsabilidad con sus pacientes por que depositan en los profesionales mucha confianza; y la gratificación evidentemente es inmensa, no tiene precio; solo hace crecer valores”, finalizó.

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