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Los santos y beatos argentinos que fueron reconocidos por el papa Francisco
Desde 2013, varios argentinos fueron incluidos en procesos de canonización y beatificación impulsado por el papa Francisco.
POR REDACCIÓN
Durante el pontificado iniciado en 2013, el papa Francisco impulsó múltiples causas de canonización y beatificación que involucran a ciudadanos de origen argentino. A lo largo de estos años, se avanzó en el reconocimiento de figuras religiosas y laicas que dejaron una marca significativa en el ámbito espiritual y social del país.
Entre los casos destacados se encuentran tres personas nacidas en Argentina que fueron declaradas santos o beatos, así como una mujer originaria de Bolivia que vivió sus últimos años en Buenos Aires y también fue incorporada a estos procesos. Las iniciativas se enmarcan en el proceso habitual de la Iglesia para el reconocimiento de quienes llevaron una vida considerada ejemplar.
El procedimiento incluye diversas etapas, desde la declaración como siervo de Dios hasta el eventual reconocimiento como santo. En todos los casos, se requiere documentación, testimonios y, en algunas etapas, la verificación de milagros atribuidos a la intercesión del candidato.
Además del clero, el Vaticano ha puesto el foco en figuras laicas que se destacaron por su labor en comunidades, su testimonio de fe y su compromiso con los valores del Evangelio. La inclusión de laicos refleja una tendencia a ampliar el perfil de los postulantes y mostrar la diversidad de caminos hacia la santidad dentro de la Iglesia Católica.
San José Gabriel del Rosario Brochero (“Cura Brochero”)
Famoso bajo el apelativo de “Cura Gaucho”, fue elevado a los altares el 16 de octubre de 2016. Brochero consagró su existencia a atender a los más necesitados en la provincia de Córdoba, atravesando largas distancias a caballo de mula para llevar el mensaje cristiano y la enseñanza a las zonas más apartadas. Su trabajo tanto en la evangelización como en el ámbito social dejó una huella indeleble en la historia religiosa de Argentina.
San Artémides Zatti
El 9 de octubre de 2022, fue canonizado este salesiano de origen italiano que se estableció en la región patagónica de Argentina. A lo largo de su vida, se dedicó al cuidado de los enfermos en centros médicos y a asistir a poblaciones necesitadas. Su labor en Viedma, Río Negro, lo consolidó como un símbolo de la salud y la solidaridad cristiana.
Santa María Antonia de Paz y Figueroa (“Mama Antula”)
El 11 de febrero de 2024, alcanzó la canonización. Nacida en Santiago del Estero en 1730, esta laica continuó con la labor de los jesuitas tras su expulsión de América en 1767. Organizó ejercicios espirituales y defendió la fe en tiempos complicados para la Iglesia. Fue el Papa Francisco quien impulsó su beatificación y canonización, habiendo ordenado su reactivación cuando era arzobispo de Buenos Aires. Es reconocida internacionalmente como la primera santa de Argentina.
Santa Nazaria Ignacia March Mesa
Pasó gran parte de su existencia en Bolivia y falleció en Buenos Aires. Fue canonizada el 14 de octubre de 2018. Fundadora de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, entregó su vida al servicio de los más necesitados y excluidos, con un profundo compromiso hacia la educación y la labor social.
Beatos argentinos proclamados por Francisco
El Papa también ha elevado a la beatificación a muchos argentinos, destacando su ejemplo de fe y sacrificio. Algunos de los más sobresalientes son:
Gregorio Martos Muñoz
Beatificado el 25 de marzo de 2017, este sacerdote originario de Chilecito, La Rioja, fue asesinado durante la Guerra Civil Española. Su beatificación subraya el sacrificio de los religiosos que sufrieron persecución por su fe en esa contienda.
Catalina de María Rodríguez
Fundadora de la Congregación de Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, fue beatificada en 2017. Su labor fue clave en la promoción de la vida religiosa femenina en Argentina. Fue amiga cercana del santo Cura Brochero.
Los Mártires de La Rioja
El 27 de abril de 2019, fueron beatificados cuatro figuras fundamentales de la Iglesia argentina, quienes fueron víctimas de la dictadura militar en 1976: Enrique Angelelli (obispo de La Rioja), Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville (sacerdotes franciscanos, siendo Longueville de origen francés), y Wenceslao Pedernera (laico y padre de familia).
El martirio de estos individuos se convirtió en un símbolo de la lucha de la Iglesia a favor de los más desfavorecidos y oprimidos durante los años de represión.