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Sociedad > Precariedad laboral

El 15% de los trabajadores asalariados en Argentina no se alimenta adecuadamente, revela informe de la UCA

El Observatorio de la Deuda Social Argentina destaca que la inseguridad alimentaria afecta incluso a quienes tienen empleo formal, evidenciando problemas vinculados a la precariedad laboral y bajos ingresos.

POR REDACCIÓN

Hace 3 horas
Según la UCA, una alimentación adecuada es un componente fundamental de condiciones laborales dignas. Foto: Gentileza

Un reciente informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) revela que el 15% de los trabajadores asalariados del país no logra alimentarse de forma adecuada. Este dato pone en evidencia las dificultades que enfrentan incluso quienes cuentan con empleo formal.

El estudio indica que la inseguridad alimentaria alcanza al 7% de los trabajadores con empleo registrado, reflejando el impacto del deterioro del poder adquisitivo y la precariedad laboral en la calidad de vida de los trabajadores.

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Basado en la Encuesta de la Deuda Social Argentina, que cubre el período 2017-2024 y analiza hogares urbanos en todo el territorio nacional, el informe señala que la precariedad laboral, los ingresos insuficientes y las desigualdades estructurales son los principales factores que explican por qué miles de trabajadores no pueden mantener una alimentación adecuada.

Según la UCA, una alimentación adecuada es un componente fundamental de condiciones laborales dignas y su deterioro refleja problemas profundos relacionados con los ingresos y la falta de protección social. La diferencia entre tener un empleo registrado o no es significativa: quienes no aportan a la seguridad social presentan niveles de inseguridad alimentaria más de cuatro veces superiores a los que sí lo hacen.

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Esta situación confirma que la problemática no se limita a la falta de empleo, sino que está directamente vinculada a la calidad del trabajo y el respeto de los derechos laborales.

El informe también destaca marcadas desigualdades según el nivel educativo y la condición socioeconómica. En hogares con bajo nivel educativo o en situación de pobreza, la inseguridad alimentaria supera el 30%, mientras que entre trabajadores con estudios universitarios desciende al 4%.

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La UCA advierte que estas brechas profundizan un círculo de exclusión: a menor educación y menores ingresos, se agravan las dificultades para sostener una alimentación saludable, lo que afecta la productividad y la salud.

En cuanto a las diferencias regionales, las tasas más elevadas de inseguridad alimentaria se registran en el conurbano bonaerense y el interior del país, mientras que la Ciudad de Buenos Aires presenta los valores más bajos. El informe subraya que el desarrollo territorial y la infraestructura económica influyen directamente en el acceso a los alimentos.

Por otra parte, el estudio destaca el papel de los sindicatos, ya que los trabajadores afiliados exhiben mejores indicadores de seguridad alimentaria gracias al acceso a convenios colectivos, paritarias y beneficios adicionales. Sin embargo, los subocupados, empleados informales y quienes trabajan jornadas reducidas son los más afectados.

Además, existen diferencias de género y edad relevantes: las mujeres y los jóvenes asalariados presentan mayores niveles de inseguridad alimentaria en comparación con los hombres y los adultos mayores.

Para la UCA, estos datos confirman que la alimentación debe considerarse parte integral del derecho a un trabajo digno. El informe recomienda que las políticas públicas incorporen la agenda alimentaria junto con las de empleo, ingresos y protección social para revertir esta situación que ya impacta a miles de trabajadores en todo el país.

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