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A 250 metros bajo tierra: el búnker de Gualcamayo que podría salvar vidas en caso de desastres
Un informe de Energy Report reveló cómo la mina Gualcamayo, ubicada en Jáchal, utiliza tecnología de última generación para garantizar la seguridad de sus operarios, incluyendo refugios subterráneos diseñados para la supervivencia en casos de emergencia.
POR REDACCIÓN
La seguridad en las profundidades de la tierra es un tema crucial para la industria minera, especialmente en una provincia como San Juan, donde la actividad es un pilar de la economía. Un reciente informe del medio especializado Energy Report ha llevado a sus lectores a 250 metros bajo tierra para conocer uno de los refugios de la mina Gualcamayo, un yacimiento de oro en el departamento Jáchal que ahora tiene la posibilidad de volver a operar con un nuevo proyecto.
El artículo, titulado "Viaje al interior de una mina subterránea: cómo es un refugio minero por dentro", subraya que, si bien la probabilidad de accidentes es baja, la minería no está exenta de riesgos. Por ello, la empresa Minas Argentinas S.A., propiedad del grupo español AISA Group, ha implementado una infraestructura de seguridad de alta tecnología.
El refugio visitado, uno de los tres salvaguardas móviles del yacimiento, tiene capacidad para 16 personas. En su interior, los mineros encontrarían un ambiente seguro y autosuficiente. Según explica el ingeniero Ernesto Fernández, superintendente de operaciones de la empresa, estos refugios están equipados para garantizar la supervivencia hasta por 72 horas en caso de un incidente como un incendio o un desmoronamiento.
Los refugios cuentan con aire comprimido, tubos de oxígeno, una máquina depuradora para filtrar el monóxido y medidores de CO. Además, poseen suministros vitales como enlatados, galletitas, agua y hasta un kit psicológico con juegos de naipes y manuales de operación. Fernández aclara en el informe que, aunque la mina es muy segura y nunca han tenido un accidente grave, estas estructuras están "totalmente probadas" y son vitales para la protección del personal.
Mina Gualcamayo cuenta con un sistema de fortificación subterránea de última tecnología, con 36 kilómetros de túneles reforzados con mallas metálicas, hormigón proyectado y pernos, lo que les permite afirmar que "nunca" han tenido derrumbes.
Protocolo para situaciones extremas
Ante un riesgo como un incendio o una caída de roca, el personal de la mina se guía por un estricto protocolo de emergencia. Los trabajadores, que llevan consigo un auto-rescatador vital para respirar en entornos contaminados, pueden optar por resguardarse en un refugio o esperar a la brigada de rescate.
Una vez dentro, el refugio se vuelve un búnker. Se cierra su puerta y se activa el sistema interno que garantiza aire respirable, incluso purificando monóxido de carbono. En este escenario, el liderazgo es clave. El mando lo toma "el que esté más tranquilo o tenga más conocimiento sobre situaciones de emergencia", aunque si hay un supervisor presente, es quien asume la responsabilidad de organizar a los mineros y administrar los suministros.
El refugio está diseñado para funcionar hasta 72 horas, con provisiones suficientes de agua y alimentos, que se renuevan cada seis meses. El kit psicológico, con juegos y una Biblia, resalta la importancia de la salud mental en momentos de crisis. El tiempo de rescate en Gualcamayo, según Fernández, es menor a lo previsto, ya que el yacimiento cuenta con múltiples galerías y hasta una chimenea para una evacuación rápida.
En definitiva, la infraestructura de seguridad de la Mina Gualcamayo demuestra que, más allá de la baja probabilidad de accidentes, la prevención y la preparación son pilares fundamentales para proteger la vida de los trabajadores sanjuaninos.