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Dos cazabombarderos F/A-18 Super Hornet de EE.UU. sobrevolaron el Golfo de Venezuela en medio de tensión militar

Los vuelos de estos aviones estadounidenses, junto al reciente despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford y bombarderos B-52H, evidencian un aumento de la presencia militar en la región norte de Venezuela.

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
Estas maniobras se producen en un contexto de creciente actividad militar estadounidense en la frontera norte venezolana. Foto: Gentileza

Al menos dos cazabombarderos F/A-18 Super Hornet de Estados Unidos realizaron un sobrevuelo en el Golfo de Venezuela, al norte del estado Zulia, siendo rastreados mientras se acercaban al Lago de Maracaibo desde el interior del golfo. Estas maniobras se producen en un contexto de creciente actividad militar estadounidense en la frontera norte venezolana.

El domingo anterior, otros dos F/A-18 con indicativos “RHINO11” y “RHINO12” operaron en la zona cercana a Curazao y frente al estado Falcón, coincidiendo con el reposicionamiento del portaaviones USS Gerald R. Ford en el Caribe. Este despliegue forma parte de la ofensiva de Estados Unidos contra redes criminales en la región, reforzando la vigilancia y control aéreo.

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El F/A-18 Super Hornet es un avión multimisión que puede realizar operaciones aire-aire y aire-superficie, equipado con un cañón interno de 20 mm y preparado para misiles guiados y armamento de precisión. Es el principal caza naval estadounidense, operando desde portaaviones en misiones de combate, patrulla, apoyo cercano, escolta y supresión de defensas antiaéreas. Su despliegue está coordinado con las tareas del portaaviones Gerald R. Ford y su grupo de ataque.

Además, la semana pasada, dos bombarderos estratégicos B-52H Stratofortress de la Fuerza Aérea de Estados Unidos efectuaron vuelos de largo alcance frente a la costa occidental de Venezuela. Según el Comando Estratégico estadounidense, estos B-52 cumplen un rol esencial en la doctrina de disuasión del Pentágono y demuestran capacidad global y preparación operativa.

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Uno de estos B-52, identificado como “PARKA11”, despegó antes del amanecer desde territorio estadounidense y fue monitoreado horas después en el espacio aéreo caribeño, seguido por un segundo bombardero en formación. El Departamento de Defensa destaca que este modelo puede portar una amplia variedad de armamento y que su despliegue en ejercicios internacionales busca coordinar acciones con socios regionales y evaluar escenarios de contingencia.

Previamente, se registró la presencia de seis aviones P-8A Poseidon, especializados en patrullas marítimas y seguimiento de embarcaciones, en la región. El Comando Sur de Estados Unidos informó que estos vuelos forman parte de una operación de vigilancia destinada a detectar actividades ilícitas en rutas utilizadas por organizaciones criminales para transportar cargamentos hacia Centroamérica y Norteamérica.

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La llamada Operación Lanza del Sur, iniciada durante la administración de Donald Trump, concentra recursos navales, aéreos y de inteligencia para rastrear movimientos vinculados al narcotráfico y otras estructuras regionales. Documentos oficiales del Departamento de Defensa explican que la combinación de aeronaves tripuladas y plataformas de observación es fundamental para cubrir una zona con rutas marítimas y aéreas de alto interés estratégico.

El regreso del USS Gerald R. Ford al Caribe representa, según la Marina estadounidense, la reinstalación de un punto de apoyo logístico y militar para mantener patrullas continuas. El grupo de ataque del portaaviones incluye destructores, fragatas y unidades aéreas equipadas para diversas misiones de defensa y vigilancia. Voceros oficiales han señalado que el objetivo de estos despliegues es reforzar la "seguridad marítima" y coordinar acciones con gobiernos aliados en la región.

Washington no ha precisado los plazos de sus maniobras en el Caribe ni frente a Venezuela, aunque el Pentágono asegura que la operación en curso contempla la continuidad de misiones aéreas y navales para alcanzar los objetivos de seguridad y control regional. La sucesión de sobrevuelos y movimientos de recursos estratégicos confirma una escalada en la presencia militar estadounidense alrededor del litoral venezolano y el arco caribeño.

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