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Comunidad > Un encuentro para repensar

Crisis hídrica en Cuyo: San Juan analiza estrategias con base en el modelo mendocino

Durante el "Encuentro Interprovincial de Organizaciones de Usuarios del Agua en Cuyo", referentes del manejo del recurso hídrico de Mendoza compartieron su experiencia de más de tres décadas con usuarios sanjuaninos.

01 de agosto de 2025
El momento para cambiar a un sistema de gestión hídrica eficiente, es ahora. La realidad hídrica de San Juan no da más treguas.

En un contexto de crisis hídrica creciente en la región cuyana, el departamento Pocito fue sede de un evento clave: el Encuentro Interprovincial de Organizaciones de Usuarios del Agua en Cuyo, que reunió a productores, regantes, funcionarios y representantes de distintas cámaras y organizaciones de San Juan y Mendoza. El objetivo, común: repensar la gestión del agua en la provincia de San Juan, tomando como modelo el exitoso sistema descentralizado que rige en Mendoza desde hace más de 30 años.

La jornada se desarrolló en la Cámara de Productores Agrícolas de San Juan, con una amplia participación de actores vinculados al uso del agua.

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Mendoza como ejemplo: gestión desde el territorio

Las dos ponencias principales del encuentro estuvieron a cargo de referentes del sistema mendocino. Mario Salomón, gerente hídrico de la Asociación de Riego de la Primera Zona del Río Mendoza, expuso sobre “La gestión hídrica desde las propias organizaciones de usuarios en Mendoza”.

Mario Salomón, impulsor del transformador plan de gestion del agua de Mendoza que se creó en la década del 90.

Por su parte, el Dr. Lucas Molesini, presidente de la Asociación de Riego de Alta Montaña del Río Mendoza, abordó el tema de la “Descentralización en la administración hídrica: marco institucional y jurídico en Mendoza”.

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El abogado Lucas Molesini, explicó los aspectos legales del plan de gestión hídrica de Mendoza.

Ambas exposiciones dejaron un mensaje claro: el modelo mendocino funciona. Gracias a un proceso de descentralización iniciado en la década del 90, el recurso hídrico es hoy gestionado de manera directa por quienes lo utilizan y conocen, logrando eficiencia, compromiso y resultados concretos.

Salomón subrayó que la clave del cambio en Mendoza fue “volver al origen”, devolviendo el control operativo del agua a quienes trabajan con ella: productores, canalistas, regantes. “Para eso no tiene que haber mezquindad política. Hay que pensar en grande, con proyectos concretos y a mediano plazo”, señaló.

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Resultados que hablan: eficiencia, control y participación

En estos 30 años, el cambio en Mendoza no fue solo estructural, sino también cultural. Se agilizaron trámites, se combatió la burocracia estatal, el nivel de pago del canon pasó del 18% a más del 80%, se realizaron obras estratégicas, se incorporó tecnología para medir caudales y se logró un uso mucho más eficiente del recurso.

El modelo, según Salomón, es replicable: “San Juan tiene un enorme potencial: tiene grandes obras hidráulicas, una universidad, el INTA, técnicos de primer nivel, productores capacitados y comprometidos. Solo falta una cosa: ponerse de acuerdo para trabajar comprometida y responsablemente”.

Datos para tener en cuenta

  • En Mendoza, la gestión del recurso agua es eficiente.
  • El derecho no es del usuario, sino de la tierra.
  • Los regantes controlan, miden y administran cada gota.
  • El que no paga, a los dos meses, le cortan el servicio.
  • Los usuarios de los sectores de esparcimiento y entretenimiento pagan cuatro veces más que el sector agrícola, ya que este último, hace uso del recurso para producir alimentos.
  • En Mendoza se prioriza el uso del agua superficial para evitar la sobreexplotación de los acuíferos.
  • Aquel usuario que solicita hacer uso del agua subterránea, el protocolo de habilitación es complejo y restringido: pasa por diferentes filtros, cuestionamientos y condicionantes, como, por ejemplo, las obligaciones de un uso controlado, aplicando riego presurizado y el pago de un canon por cada gota de agua que se extrae del acuífero.

 

El agua como motor de desarrollo

El presidente de la Junta de Riego de Pocito, Antonio Fernández, uno de los organizadores del evento, calificó la experiencia como “satisfactoria y necesaria” y remarcó la importancia de seguir trabajando en una gestión eficiente y autárquica del recurso hídrico en San Juan.

“Queremos que el productor disponga del agua en tiempo y forma, utilizando herramientas tecnológicas, con una gestión comprometida por parte de los propios usuarios”, sostuvo Fernández, haciendo hincapié en la necesidad de un consenso con el Estado para lograr políticas hídricas duraderas, coordinadas y participativas.

Mirando hacia adelante: crisis, consenso y oportunidad

El encuentro culminó con un plenario entre todos los participantes, donde se debatieron ideas, se plantearon inquietudes y se trazaron posibles líneas de acción conjuntas. El contexto no da margen para la espera: la sequía no da tregua, y el futuro inmediato impone desafíos.

Consultado sobre la situación de nieve en la cordillera mendocina, Salomón fue contundente: “En Mendoza deberían nevar unos 360 mm por año, pero a esta altura del año tenemos apenas 88 mm. El modelo de la Universidad de Columbia anticipa que este año será peor que el anterior en Cuyo. El panorama es preocupante y es necesario que San Juan maneje bien sus presas y refuerce el control del agua subterránea”.

En ese sentido, destacó la urgencia de actuar con inteligencia y responsabilidad: “Si el productor no tiene agua, no produce. Si no produce, no hay trabajo. Y si no hay trabajo, no hay desarrollo. El agua no es solo un recurso: es riqueza, es empleo, es futuro”.

Una oportunidad histórica

El Encuentro Interprovincial de Organizaciones de Usuarios del Agua en Cuyo marcó un hito en el camino hacia una nueva forma de gestionar el agua en San Juan. Con la experiencia de Mendoza como guía, los usuarios del agua en la provincia empiezan a construir un modelo más justo, participativo y eficiente.

El desafío no es menor, pero tampoco imposible. Lo que se necesita es voluntad política, compromiso colectivo y una visión compartida de futuro. Porque el agua no espera.

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