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Disparó por la espalda para robar, pidió domiciliaria y se la negaron
Un hombre acusado de tentativa de homicidio en un robo ocurrido en mayo en Rivadavia solicitó pasar de prisión preventiva a arresto domiciliario, pero el juez rechazó el pedido y ordenó que siga preso.
Por Germán González
En una audiencia realizada este miércoles 13 de agosto de 2025 en Tribunales, el juez de garantías Eugenio Barbera rechazó el pedido de prisión domiciliaria solicitado por la defensa de Sergio Paredes, uno de los dos imputados por tentativa de homicidio en ocasión de robo. El hecho ocurrió en mayo en el Lote Hogar 53, en Rivadavia, cuando la víctima fue atacada para robarle un celular y recibió un disparo por la espalda que le dejó una bala alojada en la nuca. Paredes actuó con un cómplice, Juan César Luciano Ortiz. Ambos seguirán detenidos en el penal de Chimbas.
El Ministerio Público Fiscal se opuso al cambio de medida de coerción argumentando que no hubo modificaciones en las circunstancias que justificaron la prisión preventiva dictada el 2 de junio. Según la investigación, Paredes y su presunto cómplice, Ortiz, actuaron con premeditación y pusieron a la víctima al borde de la muerte, según explicó el fiscal de la UFI Delitos contra la Propiedad, Cristian Gerarduzzi, a DIARIO HUARPE.
Pasaron casi tres meses del hecho, la persona herida continúa internada en terapia intensiva y aún no se ha podido extraer el proyectil para realizar la pericia balística. El juez Barbera coincidió con el planteo del fiscal y dispuso que los dos imputados permanezcan con prisión preventiva por seis meses más, mientras avanza la investigación.
Paredes y Ortiz atacaron a la víctima la noche del viernes 30 de mayo de 2025, en inmediaciones del Lote Hogar 53. Aparentemente, lo agredieron y con un arma de fuego le dispararon en la cabeza, todo para robarle el celular. Sin embargo, la víctima, su familia o los médicos no notaron que tenía alojada una bala en la cabeza hasta último momento.
Es que después del hecho, Hernán Paredes, que se encontraba con sangre en la cabeza, y su padre se acercaron hasta la urgencia del Hospital Marcial Quiroga, pero los médicos que lo atendieron y lo curaron, solo lo limpiaron y le pusieron vendajes sin advertir que tenía un proyectil en su cabeza. La situación se dio también porque al parecer la víctima no dijo a los profesionales de la salud que le dispararon.
Tras recibir el alta, Paredes y su padre se trasladaron hasta la comisaría más cercana a hacer la denuncia por el robo del celular, pero fue en ese momento que el joven se descompensó y estudios posteriores, ya internado en el hospital Guillermo Rawson, confirmaron la presencia de la bala en su cabeza.
Con información de Alejandro Sánchez.