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Cultura y Espectáculos > Siglos de historia

El mito de Papá Noel frente al nacimiento de Jesús en Navidad

San Nicolás inspira a Papá Noel mientras Jesús queda en el centro olvidado para Navidad.

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
Un obispo del siglo IV dio origen al ícono moderno.

La figura de Papá Noel no surgió como un invento comercial reciente ni como parte del relato bíblico, sino como una construcción cultural que atravesó siglos, fronteras y reinterpretaciones. Detrás del personaje que hoy domina la escena navideña existe una historia profundamente ligada al cristianismo, aunque con el paso del tiempo terminó desplazando el foco del acontecimiento central: el nacimiento de Jesús.

El punto de partida está en San Nicolás, un obispo cristiano del siglo IV que vivió en la región de Mira, en la actual Turquía. Su fama no se debió a milagros espectaculares ni a grandes discursos, sino a actos silenciosos de caridad. La tradición lo recuerda ayudando en secreto a familias pobres y, especialmente, a niños, dejando regalos sin buscar reconocimiento.

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Con el avance de los siglos, su figura se expandió por Europa y adoptó distintos nombres y costumbres. En los Países Bajos se consolidó como Sinterklaas, un personaje que llegaba en diciembre para repartir obsequios. Esa tradición cruzó el océano con los inmigrantes europeos y encontró en Estados Unidos el terreno ideal para transformarse.

Fue allí donde San Nicolás se convirtió definitivamente en Papá Noel. La literatura y la ilustración del siglo XIX fijaron rasgos clave como el trineo, los renos y la visita nocturna. Más tarde, la publicidad del siglo XX terminó de moldear su imagen moderna: traje rojo, barba blanca y sonrisa amable, ya desligado de su origen religioso.

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Mientras tanto, la Navidad cristiana mantuvo su significado original: la celebración del nacimiento de Jesús en Belén, un mensaje de humildad, esperanza y amor al prójimo. Los Evangelios no hablan de consumo ni de regalos masivos, sino de un niño nacido en un pesebre y de dones simbólicos que reconocen su identidad.

Así, Papá Noel y Jesús conviven hoy en una misma fecha, pero con pesos desiguales. El primero domina el imaginario popular; el segundo, el sentido espiritual. La historia muestra que no son enemigos, aunque el paso del tiempo haya corrido el eje de la celebración.

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