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Sociedad > En Miami

El museo de autos a escala de Sergio Goldvarg que asombró a Colapinto

El coleccionista Sergio Goldvarg forjó una pasión desde los cuatro años. Fabricó sus propios modelos y su marca es reconocida en todo el mundo. Además, escribió el libro de su ídolo

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
Sergio Goldvarg con el Batimóvil original de la serie de los sesenta y todas sus escalas posibles.

El museo del coleccionista de autos en escala 1/43 y 1/18, Sergio Goldvarg, es un hito en su trayectoria. Ganador de dos récords Guinness por su colección, Goldvarg es un fabricante argentino que ha consolidado su legado con la creación de la línea Goldvarg Collection.

La historia de Goldvarg con los autos a escala comenzó en su infancia, cuando descubrió los autitos Matchbox en un quiosco del barrio de Barracas. A los seis años, recibió un Jaguar D-Type Le Mans de la colección Solido, lo que intensificó su vínculo con el automodelismo. Durante su infancia, Goldvarg destinaba el dinero de la merienda a comprar modelos en casas de hobbies, desarmándolos para analizar su construcción y aprendiendo sobre matricería y armado.

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La transición de coleccionista a fabricante se produjo en los años ochenta, cuando Goldvarg incursionó en la industria del juguete de plástico con la línea "Miniturbo". Posteriormente, se embarcó en la producción artesanal de modelos en "White Metal", enfrentando el desafío de desarrollar desde cero la maquinaria y las técnicas necesarias.

Entre los modelos producidos por Goldvarg Collection figuran el Oldsmobile Starfire 1957, el Chevrolet 1946 Stylemaster, el Chrysler Imperial 1951 Limousine, el Pontiac Star Chief 1955 y el Packard Woodie Station Wagon 1950, entre otros. Algunas ediciones fueron exclusivas para mercados como Noruega, Holanda y Estados Unidos, y varios prototipos permanecen en poder del propio Goldvarg.

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La crisis argentina de 2001 lo obligó a irse del país y se mudó a Miami con su familia. Además de su faceta como fabricante, Goldvarg desarrolló una carrera periodística en la revista Corsa, donde escribió la columna de automodelismo y cubrió eventos como las 24 Horas de Daytona.

La fascinación de Goldvarg por el Batimóvil de la serie de 1966 lo llevó a adquirir un ejemplar en California tras una búsqueda de casi una década. El vehículo, basado en el Lincoln Futura diseñado por Ghia en Turín, se convirtió en una pieza central de su colección y en una sorpresa para su familia.

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El automovilismo argentino también ocupa un lugar destacado en la vida de Goldvarg, especialmente a través de su admiración por Carlos Alberto Pairetti y el legendario Trueno Naranja campeón de TC en 1968. Esta devoción lo llevó a escribir un libro sobre la historia de Pairetti, proyecto que se nutrió de entrevistas y archivos personales.

Hoy, el museo fundado por Sergio Goldvarg no solo rinde homenaje a la historia del automodelismo, sino que también preserva la memoria de una pasión que atraviesa generaciones y fronteras. Pese a la distancia, durante estos 25 años mantiene la esencia argentina que se destaca por sus modelos en la exhibición.

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