Economía > Desburocratización
El Gobierno eliminó 973 normas para simplificar la regulación de la industria del vino
Con el objetivo de desburocratizar y fomentar el desarrollo del sector vitivinícola, el Ejecutivo derogó cerca de 1.000 regulaciones que afectaban a la producción y comercialización del vino.
POR REDACCIÓN
El Gobierno nacional ha dado un paso significativo hacia la simplificación administrativa en la industria vitivinícola al eliminar casi mil normas que regulaban distintos aspectos de este sector clave para la economía regional y nacional.
Esta iniciativa busca desburocratizar los procesos, reducir trabas y facilitar el desarrollo productivo y comercial dentro del rubro del vino, que representa un pilar fundamental en muchas provincias argentinas.
La medida, que fue anunciada oficialmente el 7 de noviembre de 2025, responde a la necesidad de modernizar el marco normativo vigente, acumulado durante años y que en muchos casos se había vuelto obsoleto o redundante.
Con esta acción, el Gobierno pretende impulsar la competitividad y la innovación, al tiempo que mejora la eficiencia de los controles y la gestión pública relacionada con la industria vitivinícola.
Este cambio normativo es parte de un programa más amplio de simplificación regulatoria que abarca diversos sectores productivos del país, orientado a promover inversiones y dinamizar la economía.
Qué establece la resolución
Según la resolución, el INV dejará de intervenir en las etapas iniciales e intermedias de la producción, como el viñedo, la cosecha, la elaboración o el transporte, para concentrarse exclusivamente en el control de los productos finales embotellados. Su función principal será garantizar que los vinos sean aptos para el consumo y que no estén adulterados.
Asimismo, los controles de trazabilidad, como las certificaciones de origen, añada y varietal, pasarán a ser optativos y podrán ser gestionados por los propios productores o por entidades privadas, según las necesidades comerciales de cada empresa.
El nuevo esquema alcanzará a productores de uvas, bodegas, fábricas de mosto y espumosos, plantas de fraccionamiento y de productos enológicos, comercializadores, distribuidores, exportadores e importadores, así como a laboratorios enológicos y operadores registrados.
Federico Sturzenegger brindó más detalles
Sturzenegger precisó que “para tomar noción de lo exagerado de este régimen, en 2024 el INV emitió 140.000 permisos de tránsito y realizó más de 5.000 inspecciones a bodegas. Hay registros de empresas que recibían una inspección cada dos días. Además, el organismo tramitaba cuestiones innecesarias como la determinación anual del grado alcohólico mínimo permitido para cada tipo de vino según la zona”.
El ministro afirmó que “menos burocracia son menos oportunidades para la corrupción” y detalló que, con la eliminación de las fiscalizaciones intermedias, “los inspectores sólo tomarán muestras de los productos embotellados y los enviarán a analizar, cerrando la puerta a la discrecionalidad y la corrupción”.
“En otras palabras, ya no andarán los inspectores del INV interfiriendo en la producción de las bodegas, un reclamo de los productores que se repetía sin cesar. Y como dice su titular, Carlos Tizio, la inmensa mayoría de las bodegas hace años que no tiene problemas. ¿Por qué tratarlos como delincuentes? Ya bastantes dificultades tiene el negocio en sí mismo para que el Estado ande complicando las cosas”, concluyó.