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HyperSperm: el invento del CONICET que potencia la fertilización
Investigadores del Conicet desarrollaron un avance que imita procesos naturales del cuerpo femenino, optimizando la calidad espermática para tratamientos de fertilización asistida.
POR REDACCIÓN
La fertilización in vitro (FIV) depende de la selección de espermatozoides móviles y de aspecto normal, pero este proceso omite un paso biológico esencial: la capacitación, un mecanismo natural que los espermatozoides completan dentro del cuerpo femenino para adquirir su máxima capacidad fecundante. Para resolver esta limitación, científicos del Conicet crearon HyperSperm, una tecnología pionera que reproduce en laboratorio las condiciones bioquímicas del tracto reproductivo esenciales para mejorar la eficacia de los tratamientos de reproducción asistida. Este avance ya fue validado en estudios preclínicos y clínicos, y sus resultados fueron publicados en Frontiers in Cell and Developmental Biology.
“HyperSperm recrea un entorno clave para que el espermatozoide alcance su máximo potencial funcional, tal como sucede de forma natural en el cuerpo femenino”, señala Darío Krapf, investigador del Conicet en Rosario y cofundador de Fecundis, empresa biotecnológica responsable del desarrollo. “Nuestro objetivo es reducir el tiempo que le toma a una pareja regresar a casa con un bebé”, agregó.
Otro experto del Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme) y también cofundador de Fecundis, explicó que los estudios con ratones mostraron un aumento significativo en la calidad de embriones y en las tasas de implantación. En los ensayos clínicos iniciales con humanos, utilizando óvulos de donantes y espermatozoides tratados con HyperSperm, se observó una mayor cantidad de blastocistos viables sin comprometer su calidad. Hasta la fecha, tres bebés nacieron con esta técnica, todos en buen estado de salud.
La innovación responde a un problema históricamente subestimado: el factor masculino en la infertilidad, que muchas veces se considera idiopático. Uno de los desafíos es que los espermatozoides usados en FIV no experimentan el proceso de maduración que naturalmente ocurre en el cuerpo femenino tras la eyaculación.
Para comprender y replicar ese proceso, Buffone, Krapf y su equipo realizaron múltiples estudios moleculares, y con base en ese conocimiento, diseñaron HyperSperm, que ahora permite simular en un tubo de ensayo lo que sucede en el interior del tracto femenino. “Esto genera embriones de mayor calidad y con mejor pronóstico en las técnicas de reproducción asistida”, asegura Buffone.
El equipo planea ampliar los ensayos clínicos en una segunda etapa, y avanzar en los trámites regulatorios para su lanzamiento comercial entre 2026 y 2027.