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La pandemia silenciosa que afecta a adolescentes: la adicción a las pantallas
Según un estudio, los adolescentes pasan más de siete horas diarias en las pantallas. Esto se considera una “pandemia silenciosa”.
POR REDACCIÓN
La adicción a las pantallas se ha convertido en una preocupación creciente, especialmente entre los adolescentes, según datos recientes que indican que el uso excesivo de dispositivos como teléfonos móviles, tabletas y computadoras tiene consecuencias significativas en la salud mental de los jóvenes.
Un estudio de Common Sense Media revela que los adolescentes pasan en promedio más de siete horas diarias frente a una pantalla, sin incluir el tiempo dedicado a actividades escolares. Este uso ha aumentado en la última década, impulsado por el acceso masivo a teléfonos inteligentes y redes sociales. En Argentina, un informe de UNICEF de 2021 señala que el 87% de los adolescentes de entre 13 y 17 años tiene acceso a un teléfono móvil, y más del 80% lo utiliza diariamente para navegar en redes sociales. Este tiempo de pantalla puede tener un impacto negativo en la salud mental, especialmente cuando las interacciones virtuales superan a las cara a cara, debilitando las habilidades sociales y aumentando la sensación de soledad.
Las consecuencias para la salud mental son alarmantes. Un estudio publicado en JAMA Pediatrics indica que los jóvenes que pasan más de tres horas diarias en redes sociales tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental, como ansiedad y depresión. La exposición constante a imágenes idealizadas en plataformas como Instagram y TikTok contribuye a comparaciones poco realistas que afectan la autoestima.
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Además, el uso prolongado de pantallas está asociado con alteraciones en el sueño. La luz azul que emiten los dispositivos interfiere con la producción de melatonina, la hormona responsable de regular el sueño. La American Academy of Pediatrics advierte que el uso de dispositivos antes de dormir está vinculado al insomnio, lo que impacta en la concentración y el rendimiento escolar.
Casos específicos ilustran estos efectos. Un estudio de Oxford University revela que los adolescentes que pasan más tiempo en redes sociales son más propensos a experimentar síntomas de ansiedad social. Julia, una adolescente de 16 años, comentó que el uso constante de redes sociales le genera la sensación de “no estar a la altura” debido a las comparaciones con influencers. Diego, de 15 años, relató cómo su adicción a los videojuegos afectó su rendimiento académico y salud emocional, señalando su frustración por no poder cumplir con sus tareas.
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Ante esta problemática, es fundamental que padres y educadores sean conscientes de los riesgos asociados y fomenten un uso equilibrado de la tecnología. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adolescentes limiten su tiempo de pantalla recreativa a menos de dos horas diarias para mitigar los efectos negativos en su desarrollo y promover actividades físicas y sociales que mejoren su bienestar emocional.