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“Pequeño J”, el narco peruano acusado de ordenar el triple crimen de Florencio Varela
Se trata de Julio Valverde, alias “Julito”, un joven de 23 años señalado como el líder narco que habría dado la orden de secuestrar, torturar y asesinar a Lara Gutiérrez, Brenda del Castillo y Morena Verdi.
POR REDACCIÓN
El brutal triple crimen de Florencio Varela sigue revelando detalles escalofriantes. La investigación apunta a un presunto jefe narco peruano conocido como “Pequeño J” o “Julito”, quien habría ordenado la captura, tortura y ejecución de Lara Gutiérrez (15), Brenda del Castillo (20) y Morena Verdi (20).
Este miércoles, efectivos de la Policía Bonaerense realizaron un fuerte operativo en la Villa Zavaleta, en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de dar con el prófugo. Los procedimientos se enfocaron en dos lugares: una parrilla y un departamento en un tercer piso, donde testigos aseguraron que había estado minutos antes el narco buscado.
El perfil del “Pequeño J
Según la investigación, “Pequeño J” fue identificado como Julio Valverde o Julio Noguera, de 23 años, sin DNI confirmado. Lo describen como un criminal “sanguinario”, con nexos en el sur del conurbano bonaerense. La hipótesis es que contrató sicarios para concretar el crimen en represalia por el supuesto robo de dinero y cocaína, y que incluso habría planeado transmitir la ejecución en vivo a través de un grupo cerrado en redes sociales.
Pese a estas versiones, fuentes policiales de la Ciudad y federales aseguraron no tener antecedentes de su liderazgo en Villa 1-11-14 ni en Zavaleta, donde operan clanes narcos peruanos ya identificados. Sospechan que su influencia real podría estar en Bajo Flores, Barracas y el sur del conurbano, el mismo territorio donde fueron asesinadas las jóvenes.
Avance de la investigación
El fiscal de La Matanza, Gastón Duplaá, solicitó colaboración a la Procunar, a cargo de Diego Iglesias, y a la fiscal porteña Cecilia Amil, especializada en delitos vinculados al narcotráfico.
Hasta el momento, hay cuatro detenidos por el caso, uno de ellos sería familiar del “Pequeño J”. Todos serán indagados como partícipes necesarios de los homicidios, aunque no figuran en investigaciones previas por narcotráfico.
El crimen también abrió la línea de investigación hacia “Los Cabral”, un clan delictivo argentino que sufrió un duro golpe en julio, aunque los fiscales remarcan que sus integrantes no son de nacionalidad peruana.
El último rastro de las víctimas
La noche del viernes, Lara, Brenda y Morena subieron a una Chevrolet Tracker blanca con patente adulterada rumbo a una supuesta fiesta que nunca existió. Cinco días después, sus cuerpos aparecieron enterrados en una casa de Florencio Varela, donde la Policía encontró rastros de sangre y un fuerte olor a lavandina, mientras dos personas intentaban limpiar el lugar.
El caso, calificado como narcofemicidio, expone la brutalidad de las bandas criminales que operan en el conurbano y abre interrogantes sobre el poder de organizaciones aún desconocidas para las fuerzas de seguridad.