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Comunidad > Unidos por el Agua - Testimonios

Raúl Orduña criticó la gestión hídrica y denunció el saqueo del agua en San Juan

Raúl Orduña, habitante de Barreal (Calingasta) y miembro de la Asamblea Agüita Pura para San Juan, llegó a Las Trancas en el marco de la campaña “Unidos por el Agua”. Desde allí, Orduña denunció el saqueo del recurso hídrico y pidió justicia ambiental para los pueblos originarios.

Hace 12 horas
Orduña pidió disculpas a la comunidad por el accionar de quienes, aguas arriba, se han arrogado el derecho de decidir sobre la vida de los pobladores que viven aguas abajo.

El sábado 4 de octubre, la localidad de Las Trancas, en el extremo sureste de San Juan, fue el punto final de la campaña “Unidos por el Agua”, que durante semanas reunió donaciones, voluntades y voces para visibilizar un reclamo histórico: la urgente necesidad de construir el acueducto Encón–Las Trancas y que vuelva a fluir el agua del río San Juan hacia las Lagunas de Guanacache, que llevan décadas secándose por una pésima gestión del recurso.

Allí estuvo presente Raúl Orduña, vecino de Barreal, en Calingasta, abogado, artesano y referente de la Asamblea Agüita Pura para San Juan, quien llegó desde las nacientes del río hasta su cola. Su presencia no fue solo testimonial. Fue una denuncia con nombre y apellido, cargada de datos, dolor y una convicción firme: “Nos une la misma cuenca y nos une la empatía”, manifestó Orduña, destacando que la problemática en Las Trancas “no es casualidad” y no se debe al cambio climático. Por el contrario, la situación se atribuye al “mal manejo y al manejo arbitrario y egoísta” de quienes administran el recurso en la cuenca alta.

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Esta es la imágen actual de la cuenca del río San Juan en Las Trancas.

El Saqueo del Agua y la Violación de la Ley 504-L

Orduña recordó que Las Trancas era, hasta hace unas décadas, parte de una cuenca viva. Tenía riego, pasturas, producción y vida. Hoy, ni siquiera las perforaciones dan abasto. “La situación es crítica y es conocida por todos los organismos. Pero, aun así, se siguen otorgando concesiones ilegales de agua, incluso violando la Ley 504-L de San Juan”, advirtió.

El representante de la Asamblea enfatizó que existe documentación que prueba que los habitantes de la comunidad de Las Trancas “han sido saqueadas en su agua”.

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Y mencionó con preocupación la reciente concesión otorgada al proyecto minero Los Azules, por 227 litros por segundo. Traducido: 19,6 millones de litros del agua más pura de la Cordillera por día, lo que equivale a 20.000 camiones cisterna diarios. “Eso sí que es una falta de respeto para las comunidades que hoy no tienen ni un bidón de agua por día”, sentenció. 

Dato: vale recordar que a las casi 90 familias del sureste sanjuanino, el municipio le lleva, en camiones cisterna, 8 mil litros de agua por mes.  

  

“Sin agua no hay vida”: derecho humano y deuda histórica

El miembro de la Asamblea Agüita Pura afirmó con firmeza que el agua no es una mercancía ni un recurso negociable, sino un derecho humano. Y sostuvo que esta lucha no es solo ambiental, sino también social, política y cultural: “Estas comunidades son originarias. Están en su territorio ancestral. Y nosotros les quitamos el recurso que garantiza su existencia.”

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Valoró la capacidad de resiliencia de quienes aún viven en Las Trancas: “Con poco hacen mucho. Son el ejemplo de una vida sustentable. Pero no podemos seguir exigiéndoles que sobrevivan mientras otros se enriquecen.”

“Estamos frente a un ecocidio”: críticas a la minería y a la clase política

Orduña no eludió el conflicto con la actividad minera. Se declaró convencido de que la megaminería es letal para los ecosistemas, y denunció el incumplimiento de la Ley de Glaciares, que hace unos días cumplió 15 años. “Se sigue perforando en zonas prohibidas. Se destruye la zona periglaciar con aval político. Esto es un ecocidio, y los responsables tienen nombre y cargo: gobernadores, intendentes y concejales”, denunció.

También apuntó contra la clase política, a la que acusó de legislar para intereses privados. “Muchos no representan a la gente, sino a las corporaciones. Hay que recuperar la gestión pública del agua con participación real de las comunidades”, afirmó.

Un llamado a despertar: “La vida, el desarrollo y la paz están en juego”

Raúl Orduña cerró su intervención con un llamado profundo: tomar conciencia, informarse y actuar. Aseguró que esta es una época de reivindicación de derechos y que la lucha por el agua es también una lucha por la dignidad, la vida y el futuro.

“La única manera de salir adelante es juntos, conscientes, con información, con gestión pública y con justicia. El objetivo final es garantizar la vida, el desarrollo y la paz para las próximas generaciones”, expresó con fuerza.

Mientras Las Trancas espera el agua que alguna vez llegó, voces como la de Raúl Orduña ayudan a señalar a los responsables y mantener vivo el reclamo. Porque no se trata solo de un caudal perdido, sino de una deuda impaga con quienes han sido históricamente olvidados.

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