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Tras denuncias, descubrieron un grave caso de maltrato animal en Pocito
Un conflicto vecinal que comenzó hace cuatro años por un perro agresivo terminó revelando una trama de negligencia y maltrato.
POR REDACCIÓN
Una disputa entre vecinos de Villa Aberastain, Pocito, que comenzó en 2020 por los ataques de un perro con comportamiento agresivo, derivó en un caso judicial por maltrato animal. El conflicto, que se extendió durante varios años, culminó con la intervención de la Justicia de Faltas y el rescate del animal, un perro que fue bautizado como “Beni” por la ONG Mundo Patitas, encargada actualmente de su rehabilitación.
En diálogo con radio AM 1020, el juez de Faltas Sergio Martín Escamilla explicó que el caso se originó a raíz de “un desentendimiento entre vecinos sobre la tenencia y responsabilidad del perro”. Durante la investigación, se comprobó que el animal había mordido a niños, adultos y matado a otros animales en la zona. “Hicimos una encuesta vecinal y constatamos que se trataba de un perro potencialmente peligroso”, detalló el magistrado.
A raíz de esas denuncias, el juzgado dispuso el traslado del animal para su reeducación, pero al momento del procedimiento el veterinario interviniente detectó que Beni tenía casi 40 grados de fiebre, hemoparásitos en sangre por garrapatas y falta de vacunación y registro. “Algo que comenzó como un caso de perro peligroso terminó siendo un claro ejemplo de maltrato y abandono”, señaló Escamilla.
Durante el proceso, también se descubrió que la mujer que reclamaba la devolución del perro había negado inicialmente ser su dueña. Sin embargo, la investigación de la Policía Ecológica y del Juzgado de Faltas determinó que el animal pertenecía a la misma denunciante, de apellido Agüero, tras múltiples denuncias cruzadas entre vecinas.
Lo que dice la ley sobre los casos judicializados
Por su parte, Luciano Castro, referente de la ONG Mundo Patitas, contó a DIARIO HUARPE que Beni se encuentra bajo su tutela y que llegó en malas condiciones sanitarias y con un cuadro de fiebre alta, pero que se encuentra en proceso de rehabilitación. “Cuando rescatamos animales agresivos, nunca optamos por la eutanasia. En San Juan rige la política de ‘provincia no eutanasia’, y trabajamos para reeducar a los perros con apoyo de conductistas y veterinarios”, explicó.
Castro agregó que la organización tiene actualmente entre 12 y 13 animales judicializados, además de caballos rescatados. “La agresividad es una consecuencia del maltrato, no una causa para sacrificar. Con paciencia, atención y contención, los perros pueden volver a confiar y ser adoptados”, aseguró.
El caso de Beni se suma a otros antecedentes de animales judicializados en San Juan, donde las autoridades aplican protocolos de rescate, evaluación médica y reeducación antes de determinar su reinserción en familias adoptivas. Mientras tanto, la investigación sobre las responsabilidades por omisión de cuidados y maltrato animal continúa en curso.