Huarpe Deportivo > Impactante testimonio
Un árbitro denunció que fue agredido brutalmente por el DT y jugadores de Villa Obrera
El árbitro Jorge Rodríguez relató lo que vivió en la cancha de Villa Obrera, donde además de los jugadores, el director técnico del equipo Sub-17 lo agredió físicamente y lo amenazó de muerte.
POR REDACCIÓN
Días atrás, Jorge Rodríguez, un árbitro de fútbol, fue víctima de una brutal agresión en la cancha de Villa Obrera. El incidente ocurrió al finalizar un partido de la categoría Sub-17, que terminó en definición por penales y con derrota para el equipo local.
Rodríguez habló en Radio Sarmiento y detalló que el director técnico de Villa Obrera mostró una actitud violenta desde el inicio del encuentro, "malhumorado, hablando de más, se quejaba de todo" y denigraba su labor como árbitro. Aunque el árbitro intentó "bajar un poco los decibeles" y habló con el técnico en varias oportunidades, la situación era insostenible. El técnico le reclamaba que cobraba todo para el equipo rival, 9 de Julio, lo cual Rodríguez desmintió, afirmando que hubo amonestaciones y una expulsión para ambos lados.
El momento más crítico se desató tras la definición por penales. "Una vez que terminaron los penales donde ellos perdieron, me vienen a increpar", relató Rodríguez. La agresión se precipitó cuando, al ver que un jugador de Villa Obrera iba a golpear a uno de 9 de Julio, el árbitro intervino para separarlos. En ese instante, el director técnico se le fue encima.
Las amenazas fueron directas y extremas. El técnico, que según Rodríguez fue violento "durante todo el partido" en su manera de hablar, le dijo: "Te voy a matar". Cuando Rodríguez intentó escapar corriendo hacia el camarín, padres de Villa Obrera le cerraron la puerta de salida, e incluso uno de ellos lo golpeó con la puerta en la cara y luego ingresó a pegarle.
Una vez en el piso, la situación se tornó aún más grave. "Los jugadores, los chicos de 17 años. En el piso me pegan patadas y el técnico me pega una patada en la cabeza", afirmó Jorge Rodríguez. El árbitro, de 53 años, se sintió completamente vulnerable. Desorientado y perseguido por casi 60 metros antes de caer, no pudo precisar la cantidad exacta de agresores, pero eran "más de seis" jugadores además del técnico.
En medio de los golpes, Rodríguez expresó "solo pude cubrirme con las manos en la cabeza y ya me habían pegado en la cabeza, cubrirme lo más que podía el estómago". El miedo fue inmenso: "Y pensé que me iban a matar a patadas porque lo que estaba pasando, me estaban pegando patadas por todos lados".
Sus compañeros árbitros intervinieron en su defensa. Una mujer que lo acompañaba fue tirada al piso, y otro compañero también recibió un golpe. Dos árbitros que debían dirigir el partido posterior también entraron para sacarlos de encima y cesar la agresión.
Producto de la violencia, Jorge Rodríguez fue atendido en la guardia del hospital. Presenta hinchazón y dolor en las rodillas, con "dos tapones marcados en la rodilla", y una molestia en el codo del brazo derecho. Afortunadamente, los estudios confirmaron que no sufrió lesión cerebral, que era su mayor temor.
Rodríguez destacó la ausencia de seguridad policial en el encuentro. Solo había "un personal de seguridad puesto por la liga, que es una persona común" y no un oficial de policía. Este único custodio también fue agredido por el técnico al intentar proteger al árbitro. La falta de seguridad en las canchas de fútbol, donde los clubes no se hacen cargo de contratarla, es un problema recurrente, afirmó Rodríguez.
El árbitro, que nunca había vivido una situación de esta magnitud en sus años de profesión, ya presentó la denuncia correspondiente. "Sí, se presentó un fiscal, así que está todo en fiscalía, también está la denuncia por juez de menores, así que los menores van a ser citados esta semana", confirmó Rodríguez.
A pesar de la traumática experiencia, Jorge Rodríguez es enfático: "No, dejaré el arbitraje". Recalcó que incidentes como este deben servir para algo, y el hecho de que un fiscal intervenga por primera vez en una agresión en cancha indica que la situación es tomada con seriedad. Hasta el momento, nadie del club se ha contactado con él para pedir disculpas.