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Sociedad > Nuevas estrategias

Cómo el reloj biológico influye en el tratamiento del cáncer

Investigadores argentinos demuestran que el momento del día en que se administran ciertos medicamentos puede influir en su eficacia en tratamientos del cáncer.

POR REDACCIÓN

06 de junio de 2025
El reloj biológico, clave para mejorar la quimioterapia. (Foto: Archivo) 

El cuerpo humano no solo percibe la luz para ver, sino que también la utiliza para coordinar funciones biológicas esenciales mediante un complejo sistema de temporización interno: el reloj circadiano. Esta estructura regula el sueño, la alimentación, la temperatura corporal y hasta la actividad del sistema inmunológico. Nuevas investigaciones del Conicet indican que también podría influir directamente en la efectividad de tratamientos contra enfermedades como el cáncer.

El equipo del investigador Mario E. Guido, del Conicet y director del Ciquibic, profundiza en cómo este reloj influye en el comportamiento de las células tumorales. En estudios recientes observaron que, incluso en estados de enfermedad, muchas células conservan su capacidad de marcar el tiempo, lo que permitiría ajustar la administración de fármacos al momento del día en que las células son más vulnerables. Esta estrategia, conocida como cronoterapia, busca aumentar la eficacia de los tratamientos y reducir sus efectos adversos.

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Uno de los hallazgos más relevantes es que los tumores cerebrales agresivos, como los glioblastomas, presentan oscilaciones internas en su metabolismo. Al conocer esos ritmos, los científicos probaron diferentes horarios de quimioterapia en ratones y comprobaron que los resultados variaban significativamente según el momento de aplicación de las drogas. En algunos casos, la tasa de supervivencia aumentó y los efectos secundarios disminuyeron.

Este campo de estudio, la cronobiología, investiga cómo los ritmos naturales del cuerpo influyen en procesos fisiológicos y patológicos. Según Guido, “el reloj biológico actúa como un director de orquesta”, donde cada órgano sigue una pauta temporal. Además del reloj central ubicado en el cerebro, se han identificado relojes periféricos en casi todos los órganos y células, incluidos el hígado, el corazón y los músculos.

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La sincronización de estos relojes depende de señales externas como la luz solar, pero también de factores como la alimentación, el ejercicio y la temperatura ambiental. Sin embargo, el estilo de vida moderno —con exposición prolongada a pantallas, luz artificial y alteraciones del sueño— puede desajustar este sistema y favorecer la aparición de enfermedades como el cáncer, la obesidad y la diabetes tipo 2.

Guido y su equipo continúan explorando cómo aprovechar los ritmos circadianos para optimizar tratamientos. En colaboración con científicos de Bahía Blanca y Córdoba, también han detectado que distintos tipos de células presentan ritmos diarios sostenidos, incluso en condiciones tumorales. Estos descubrimientos abren nuevas posibilidades para desarrollar terapias más precisas y menos agresivas.

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La cronoterapia se perfila como una herramienta innovadora para personalizar los tratamientos médicos, considerando no solo el tipo de enfermedad, sino también cuándo es más efectivo combatirla. En palabras de Guido: “Modular el reloj biológico puede marcar la diferencia entre un tratamiento más efectivo y uno con mayores efectos secundarios. La hora también cura”.

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