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Sociedad > Tomá nota

Por qué aumentan los conflictos familiares en Navidad y 7 consejos para evitarlos

Las reuniones navideñas pueden reactivar tensiones y viejos rencores, pero expertos ofrecen estrategias para manejar el estrés y disfrutar en paz estas fiestas.

POR REDACCIÓN

Hace 3 horas
Las reuniones familiares pueden activar dinámicas regresivas como rivalidades, reproches históricos y duelos por ausencias. Foto: Gentileza

La Navidad es una época cargada de simbolismo, representando unión y armonía para muchas familias, pero también puede ser un escenario donde resurgen viejas tensiones y rencores. El doctor Rolando Salinas, jefe de Salud Mental del Hospital Alemán y profesor en la Universidad Católica Argentina, señala que "la vulnerabilidad que crean las reuniones familiares" es una de las causas principales de los conflictos durante estas celebraciones.

Salinas explica que la elección del lugar para la reunión, evitar herir sentimientos y la convivencia entre miembros con relaciones complicadas se transforman en una verdadera batalla emocional, donde casi siempre alguien resulta afectado. La psicóloga y psicoanalista María Fernanda Rivas, coordinadora del Departamento de Pareja y Familia de la Asociación Psicoanalítica Argentina, añade que las expectativas sociales y las diferencias de personalidad también influyen en la tensión de estos encuentros.

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Además, el consumo de alcohol y otras sustancias durante las fiestas puede desinhibir comportamientos y aumentar los conflictos, según Rivas. El psicoterapeuta Sean Grover identifica tres factores estresantes fundamentales en Navidad, a los que denomina "tríada navideña": viejos conflictos, nuevas tensiones y la sobrecarga emocional.

Las reuniones familiares pueden activar dinámicas regresivas como rivalidades, reproches históricos y duelos por ausencias, que se ven agravados por la sobrecarga en la organización y los costos económicos, especialmente en contextos de estrés financiero. Rivas destaca también la activación de duelos por pérdidas o separaciones y el llamado "síndrome del nido vacío", que genera tristeza y añoranza durante estas fechas.

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Las disputas de lealtades entre la familia de origen y la familia actual, así como la inclusión de familias políticas, complican aún más las relaciones. En el caso de familias separadas o ensambladas, la Navidad puede tanto fortalecer vínculos como exacerbar conflictos, dependiendo de la comunicación y relación entre los ex cónyuges.

Otro foco de tensión surge con la compra de regalos, donde las comparaciones y rivalidades sobre el valor o la calidad pueden generar malestar. La psicóloga Rivas puntualiza que "los aspectos económicos tienen un papel central" y evidencian las frustraciones por limitaciones financieras.

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Consejos para unas fiestas en paz

Para contrarrestar la "tríada perfecta" de conflictos, los expertos recomiendan algunas estrategias:

  • Definir con anticipación las reglas de la reunión, como lugar, horarios y distribución de gastos, para evitar roces.
  • Aceptar las limitaciones familiares y distinguir el presente de conflictos pasados para lograr una convivencia más armónica.
  • Buscar el sentido profundo de la celebración, superando el individualismo y reafirmando la pertenencia familiar y comunitaria.
  • Gestionar las expectativas para disminuir la idealización de la festividad y estar dispuestos a tolerar desacuerdos.
  • Respetar los espacios propios y ajenos, permitiendo que cada grupo familiar tenga momentos de intimidad sin generar celos o envidia.
  • Proteger a los niños de los conflictos adultos para preservar su inocencia y bienestar.
  • Evitar temas conflictivos, limitar el consumo de alcohol y permitir espacios para el descanso y el retiro personal.

La psicóloga Rivas subraya que "es importante asumir y aceptar la ambivalencia que suscitan los vínculos familiares: el amor y el apego frecuentemente coexisten con broncas y desacuerdos que es necesario aprender a gestionar". Por su parte, Salinas recuerda que "el optimismo y la alegría también se contagian y ayudan a crear barreras de protección frente al malestar".

En definitiva, el foco debe estar en la calidad del encuentro y en fomentar la colaboración para que cada familiar pueda llevarse recuerdos positivos, priorizando la convivencia y la paz por encima de lo material o económico.

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