Cultura y Espectáculos
El caso Annabelle: de una muñeca de trapo a ícono del cine de terror
En julio de 2013, el estreno de "El Conjuro" no solo marcó el inicio de una exitosa franquicia de horror en el cine, sino que también catapultó al centro de la cultura popular una inquietante figura: Annabelle, una muñeca de apariencia inofensiva que, según numerosos testimonios, estaría asociada con fenómenos paranormales.
Por Mauro Cannizzo Hace 9 horas
En julio de 2013, el estreno de "El Conjuro" no solo marcó el inicio de una exitosa franquicia de horror en el cine, sino que también catapultó al centro de la cultura popular una inquietante figura: Annabelle, una muñeca de apariencia inofensiva que, según numerosos testimonios, estaría asociada con fenómenos paranormales. Inspirada en un caso real investigado por los célebres demonólogos Ed y Lorraine Warren, la historia de Annabelle comenzó como una anécdota doméstica y terminó por convertirse en una leyenda moderna, atravesando décadas y formatos, desde sesiones espiritistas hasta la gran pantalla.
La versión cinematográfica muestra una muñeca de porcelana diseñada para infundir miedo, pero el objeto original distaba mucho de esa imagen. En 1970, Donna, una estudiante de enfermería, recibió como regalo una muñeca Raggedy Ann de trapo. Poco después, ella y su compañera de departamento comenzaron a notar comportamientos extraños: movimientos inexplicables, apariciones en otras habitaciones, e incluso notas escritas en papel que no pertenecía a la casa, con mensajes inquietantes como “Help us” o “Save Lou”. La tensión aumentó cuando Lou, pareja de una de las jóvenes, aseguró haber sido atacado mientras dormía.
Alarmadas, las jóvenes buscaron ayuda espiritual. Un médium les aseguró que la muñeca era habitada por el espíritu de una niña llamada Annabelle Higgins, fallecida en ese terreno años atrás. Conmovidas por la historia, permitieron que el ente permaneciera en el objeto, sin imaginar que, según los Warren, estaban abriendo la puerta a una entidad demoníaca. “Era un caso de infestación pre-posicional”, afirmaron los investigadores, y aseguraron que sin intervención inmediata, la situación podría volverse peligrosa. Fue entonces que intervinieron con un exorcismo, llevado a cabo por el sacerdote Jason Bradford Cooke.
Tras el ritual, los Warren transportaron la muñeca a su casa. En el camino, el vehículo falló de forma inexplicable hasta que rociaron el vehículo con agua bendita. Una vez en su hogar, encerraron a Annabelle en una vitrina especialmente construida y la incluyeron como pieza central del Occult Museum, en Monroe, Connecticut. “Warning. Positively do not open”, advertía un cartel en el exterior del vidrio, junto a una oración inscrita. La muñeca seguía manifestando fenómenos extraños, e incluso algunos visitantes del museo afirmaron haber sufrido accidentes poco después de burlarse del objeto.
Una muñeca que estremece más allá del cine de terror
Con el cierre del museo en 2019, Annabelle quedó bajo estricta vigilancia y su historia continuó ganando adeptos y detractores. Mientras que algunos investigadores consideran el caso una muestra documentada de actividad demoníaca, sectores escépticos la catalogan como una narrativa sin base empírica, sostenida por la sugestión y el interés mediático. Sin embargo, el impacto cultural es innegable. Desde su inclusión inicial en "El Conjuro", la muñeca protagonizó su propia trilogía y se convirtió en símbolo del terror psicológico contemporáneo. Para unos, es una simple pieza de tela. Para otros, una advertencia que sigue observando desde el interior de su caja.