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Política > Revés Oficialista

El Gobierno advierte que el Presupuesto aprobado "ya no sirve" porque "vulnera el déficit cero"

Fuentes de la Casa Rosada afirmaron que el proyecto remitido al Senado "vulnera el déficit cero" al mantener leyes de gasto como Discapacidad y Universidades. El Gobierno evalúa estrategias para modificarlo o, en última instancia, rechazarlo mediante un veto.

POR REDACCIÓN

Hace 3 horas
"Vulnera el déficit cero": el Ejecutivo considera inviable el Presupuesto que salió de Diputados. FOTO: Gentileza

A pesar de haber obtenido la media sanción del Presupuesto 2026 en la madrugada de este jueves, un clima de frustración reina en la Casa Rosada. El rechazo al Capítulo XI del proyecto, que contenía la derogación de leyes claves para el ajuste fiscal como la Emergencia en Discapacidad y el Financiamiento Universitario, ha hecho que el Gobierno considere que el texto remitido al Senado “ya no le sirve” para su sanción definitiva.

“Vulnera el déficit cero que justamente queríamos construir con este Presupuesto”, afirmó una fuente inobjetable del Poder Ejecutivo en altas horas de la madrugada. Según la visión oficialista, al caer ese capítulo, se está forzando al presidente Javier Milei a “administrar un presupuesto sin superávit primario”, una situación que califican de inaceptable para el mandato de equilibrio fiscal.

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El centro del conflicto: déficit vs. superávit

Para la administración nacional, el debate trasciende lo técnico y se instala en un plano político y económico fundamental: déficit versus superávit. Los libertarios argumentan que las dos leyes que permanecen vigentes –y cuyo financiamiento el Gobierno no viene ejecutando amparándose en la falta de partidas específicas– generan obligaciones de gasto que ponen en riesgo el superávit fiscal. “Solo Discapacidad son 5 puntos del PIB”, señalaron desde el Ejecutivo, subrayando el monto que representan.

Esta derrota parlamentaria obliga al oficialismo a definir una nueva estrategia legislativa para las próximas semanas. En algunos despachos del Gobierno se evalúa demorar el envío del proyecto al Senado, priorizando el tratamiento de la Ley de Modernización Laboral, para ganar tiempo. Otra opción, aunque complicada por la falta de votos, sería intentar reintroducir el Capítulo XI mediante una modificación en la Cámara alta, lo que obligaría a que el texto volviera a Diputados.

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La opción del veto gana fuerza

Sin embargo, la alternativa que parece cobrar más fuerza en las últimas horas es la del veto presidencial al propio presupuesto. Desde el oficialismo consideran que los bloques opositores tienen incentivos para que el proyecto se apruebe tal como salió de Diputados, ya que consolida gastos sociales que el Gobierno busca recortar.

Varios sectores libertarios coinciden en que, si el texto se aprueba en su forma actual, el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, deberá volver a tener en 2026 un manejo discrecional de los fondos a través de prórrogas, tal como sucedió en 2024 y 2025. “Va a tener que seguir armando el Excel”, bromeaban anoche fuentes oficialistas, en referencia a la administración financiera sin un presupuesto formal sancionado.

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Responsabilidades y sorpresas en el voto clave

La derrota en el Capítulo XI, que se votó por bloques gracias a una maniobra del oficialismo para forzar su aprobación, dejó al descubierto fisuras en la coalición gobernante. El Gobierno responsabiliza especialmente a seis gobernadores, cuyos legisladores no votaron como se esperaba.

Entre ellos, apuntan a Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Gustavo Sáenz (Salta), quienes a pesar de haber recibido importantes Aportes del Tesoro Nacional (ATN) en las últimas semanas, no aseguraron el apoyo de sus bancas. Pero la mayor sorpresa la generaron tres mandatarios que “se dieron vuelta a último momento”: Rolando Figueroa (Neuquén), Leandro Zdero (Chaco) y Gustavo Valdés (Corrientes). Los dos últimos habían sido aliados electorales de La Libertad Avanza, mientras que Figueroa mantenía una relación cordial con el oficialismo.

El Presupuesto 2026, con su media sanción, se encamina ahora a un Senado donde el oficialismo deberá decidir si intenta revertir esta derrota con modificaciones, si acepta un texto que considera inviable, o si prepara el terreno para un veto que prolongaría, por tercer año consecutivo, la vigencia de un presupuesto anterior.

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