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Comunidad > “Nos están robando la lluvia”

Piden prohibir la lucha antigranizo: acusan a Mendoza de alterar la dinámica atmosférica

Las organizaciones Mipac y Clama, junto a comunidades rurales de cinco provincias argentinas, exigen al gobernador de Mendoza la prohibición urgente y definitiva del uso de tecnologías que alteran las tormentas y la dinámica atmosférica natural.

Hace 10 horas
La carta dirigida al gobernador Alfredo Cornejo, responsabiliza directamente al Estado mendocino por los "daños y perjuicios" generados por el uso de estas tecnologías.

En una declaración contundente, el Movimiento Interprovincial por el Agua del Cielo (Mipac) y la organización Clama (Cielos Limpios en América Monitor Ambiental), junto a ciudadanos y comunidades rurales de las provincias de La Rioja, San Juan, San Luis, Córdoba y Mendoza, hace unos días solicitaron formalmente al gobernador mendocino, Alfredo Cornejo, que prohíba de forma inmediata toda tecnología destinada a modificar artificialmente el clima.

El reclamo se centra en la conocida "lucha antigranizo", una práctica que incluye el uso de aeronaves que siembran nubes y cañones rompetormentas. Según estas organizaciones, estas intervenciones alteran gravemente el equilibrio atmosférico y provocan efectos colaterales sobre regiones vecinas, como la intensificación de tormentas extremas, sequías prolongadas y daños a los ciclos naturales de precipitación.

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Señalamientos concretos y consecuencias regionales

La carta dirigida al gobernador responsabiliza directamente al Estado mendocino por los "daños y perjuicios" generados por el uso de estas tecnologías. Citan eventos climáticos recientes como consecuencia directa de estas prácticas: el fuerte viento de más de 120 km/h que arrasó San Luis el 6 de enero de 2025, luego de más de dos horas de vuelos antigranizo en el sur mendocino, y las tormentas severas del 8 de febrero de este año en Villa Mercedes, con intensas lluvias y granizo de gran tamaño.

“Estas prácticas interrumpen, dispersan y vacían los ríos atmosféricos que deben llegar a nuestras regiones”, afirman desde Mipac.

También señalan que los propios responsables de las operaciones han reconocido públicamente que, tras la siembra, las tormentas se rearman “potenciadas”, descargando con mayor virulencia en otras zonas. La prueba quedó registrada en el relato de Luis Orlando, piloto del equipo estable de la empresa Weather Modification, encargada de llevar a cabo la lucha antigranizo en Mendoza. El video fue divulgado el 11 de enero en las redes sociales de CLAMA, generando indignación entre los pobladores afectados por las consecuencias.

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Reclamos basados en evidencia y marcos legales

Las organizaciones sostienen que no existen estudios científicos concluyentes ni evaluaciones de impacto ambiental que avalen la eficacia o seguridad de estas prácticas. De hecho, citan investigaciones de científicos de Mendoza y San Juan que advierten sobre los posibles efectos adversos de la siembra de nubes.

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Además, recuerdan que Argentina adhiere al tratado internacional que prohíbe el uso de técnicas de modificación ambiental (Ley 23.455), y que la siembra de nubes —junto a otras formas de manipulación climática— podría infringir este marco legal.

Los denunciantes también aportaron registros del sistema FlightRadar24 que muestran el patrón de vuelos sistemáticos sobre tormentas con potencial de lluvia en el sur mendocino, asegurando que las acciones “literalmente atacan” las nubes cumulonimbus, con el objetivo declarado de disiparlas.

Exigencias formales y advertencia de acciones colectivas

En su presentación, las organizaciones solicitan que en los plazos administrativos correspondientes se entreguen los informes de impacto ambiental, autorizaciones y certificaciones de organismos como ANAC, ENAC y Senasa, así como información detallada sobre operadores, patrocinadores y tecnologías empleadas en las prácticas de modificación climática.

Reclaman transparencia respecto a todas las personas físicas o jurídicas involucradas, y exigen que se informe sobre el uso de sustancias químicas, fuentes de calor, ondas sonoras, partículas radiactivas u otras tecnologías utilizadas para modificar el comportamiento de las nubes.

“Resulta irracional que, en plena crisis hídrica que padece la región, se sigan desarrollando operaciones que alteran artificialmente el ciclo del agua en beneficio de un solo sector productivo”, subraya el comunicado. Aseguran que, si no obtienen respuestas, impulsarán acciones colectivas por los perjuicios ambientales, económicos y sociales provocados.

El debate por el agua del cielo

El conflicto por la manipulación del clima no es nuevo, pero cobra una dimensión creciente en contextos de crisis hídrica, fenómenos climáticos extremos, creciente concentración de tierras en pocas manos y expansión de monocultivos intensivos. Lo que reclaman Mipac y Clama es un modelo de gestión del agua y del ambiente que respete los ciclos naturales, que sea transparente y que no sacrifique territorios rurales en nombre de una supuesta modernización.

La denuncia pone sobre la mesa una discusión más amplia: ¿quién decide sobre el cielo y el clima? ¿Qué territorios se ven beneficiados y cuáles perjudicados? ¿Qué ciencia se escucha y cuál se desestima? Las respuestas, advierten desde los movimientos, no pueden seguir dándose desde el aire, sino desde la tierra que habitan quienes reclaman.

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