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Cómo proteger tus tatuajes durante el verano para evitar daños y riesgos
El verano aumenta los riesgos para los tatuajes, especialmente los recientes, debido al sol, el calor y el contacto con agua. Expertos recomiendan cuidados específicos para prevenir infecciones y desgaste del diseño.
POR REDACCIÓN
Un estudio de Dalia Research realizado en 2023 posiciona a Argentina como el cuarto país con mayor porcentaje de población tatuada, alcanzando un 43%. Sin embargo, el verano representa un período de mayor vulnerabilidad para estas marcas en la piel, debido a factores como la exposición solar, el calor y el contacto con agua de mar o piscinas.
Los tatuajes son conjuntos de puntos de tinta insertados bajo la epidermis, lo que los convierte en heridas abiertas susceptibles a infecciones. La dermatóloga Clarisa Rodríguez (MN 133910) y el tatuador Antonio Delaney, del estudio Bandera Negra, coinciden en que no es aconsejable realizarse tatuajes en esta época del año, ya que el sol y las altas temperaturas pueden dañar el diseño y retrasar la cicatrización, aumentando el riesgo de infecciones.
El tatuador Delaney resalta que la exposición prolongada al sol puede desgastar la tinta y dificultar la recuperación, mientras que la doctora Rodríguez advierte que la radiación solar intensa acelera la degradación del pigmento. Esto puede liberar sustancias nocivas, que en algunos casos están vinculadas con el cáncer, aunque aún se están investigando estas relaciones.
Además, el calor hace que la piel esté más sensible y el dolor se intensifique. Si bien la transpiración no aumenta directamente el riesgo de infección, la doctora recomienda mantener la zona fresca para evitar inflamaciones. El contacto con agua de mar o piscinas también es riesgoso, dado que el cloro y la sal pueden contaminar la herida y afectar su cicatrización. Por eso, se aconseja evitar estos ambientes durante dos o tres semanas o proteger el tatuaje con una cobertura impermeable.
Respecto a los riesgos generales, Rodríguez señala que los tatuajes pueden provocar infecciones bacterianas, alergias y reacciones de hipersensibilidad tardía, que incluso pueden manifestarse décadas después de la realización. La infección más común es por estafilococo aureus, un germen que se multiplica cuando la barrera cutánea está dañada, como ocurre con los tatuajes.
La dermatóloga enfatiza la importancia de elegir un tatuador profesional y certificado que garantice condiciones de asepsia adecuadas para prevenir infecciones transmitidas por sangre, como hepatitis B y C.
En cuanto a qué tatuajes son más vulnerables, Delaney comenta que el riesgo se concentra principalmente en los realizados en los últimos 15 días. Rodríguez añade que las infecciones suelen aparecer alrededor de la primera semana post tatuaje. Por otro lado, los tatuajes antiguos corren más riesgo de desgaste, aunque el uso de protector solar puede retrasar este proceso.
Sobre los colores de tinta, el tatuador explica que todos se degradan con el tiempo, aunque el negro tiende a volverse verdoso y los colores claros, como rojo o naranja, son más propensos a causar alergias o inflamaciones. La doctora aconseja preferir tintas oscuras para minimizar reacciones adversas.
La especialista también advierte a pacientes con enfermedades cutáneas como vitiligo, psoriasis o liquen que deben tener precaución, ya que el tatuaje puede exacerbar sus condiciones. Asimismo, quienes tienen antecedentes de cicatrices queloides pueden experimentar resultados no deseados.
Para proteger los tatuajes durante el verano, la recomendación principal es evitar la exposición prolongada al sol y cubrir la zona tatuada. Ambos expertos coinciden en la importancia de aplicar protector solar de factor 50 o superior, renovándolo cada dos horas. Algunos protectores incluyen cicatrizantes y los que tienen color actúan como bloqueadores físicos, ofreciendo mayor protección contra los rayos UV.
La hidratación también es fundamental, tanto para la piel tatuada como para el resto del cuerpo, ya que ayuda a prevenir lesiones e infecciones y favorece una correcta regeneración de la herida.
Finalmente, Delaney subraya: “Siempre hacerle caso al artista de confianza, es importante asumir la responsabilidad que conlleva tatuarse, porque no vale la pena poner en riesgo la salud por un tatuaje”.