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Comunidad > Compromiso pastoral

La Iglesia en América Latina presenta documento contra la minería "depredadora"

Más de 20 obispos de América Latina y el Caribe presentaron un documento pastoral que fija una posición clara frente al avance de la minería extractivista.

23 de julio de 2025

Obispos de América Latina y el Caribe, este 17 de julio, presentaron oficialmente las "Orientaciones Pastorales ante los Impactos de la Minería", una guía que refleja la firme postura de la Iglesia Católica frente a los conflictos socioambientales generados por la expansión de la minería en la región. Elaboradas por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y la Red Iglesias y Minería, las orientaciones expresan una opción pastoral decidida: estar del lado de las víctimas, los empobrecidos y la Madre Tierra.

Frente a un modelo extractivista que —según la Iglesia— ha significado despojo territorial, colapso ecológico y violencia social, el documento ofrece una hoja de ruta espiritual, ética y política para acompañar a las comunidades afectadas, impulsar alternativas al desarrollo destructivo y fomentar una conversión ecológica integral.

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Clamor de los pueblos y de la Tierra: una llamada urgente

Desde su primer capítulo, el documento denuncia la gravedad de la crisis socioambiental: “Estamos en un momento extremadamente peligroso”, afirma. La minería, lejos de representar desarrollo sostenible, aparece como una fuerza devastadora que “contamina, secuestra el agua, restringe el acceso a bienes comunes y sacrifica los modos de vida comunitarios”.

La Iglesia advierte que muchas promesas de sustentabilidad, utilizadas por empresas y gobiernos para obtener licencias ambientales, “son engañosas y disfrazan intereses corporativos”. Con dolor, recuerda que en 2022 fueron asesinados 177 defensores del ambiente, casi el 90% en América Latina.

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Extractivismo: crítica estructural y propuesta de transformación

El segundo apartado de las orientaciones ofrece una definición contundente del extractivismo: una “tendencia desaforada por convertir la naturaleza en capital”, guiada por la lógica del consumo y acelerada por la economía financiera global. La Iglesia propone transitar hacia una “minería esencial”, limitada a lo estrictamente necesario y centrada en la justicia ecológica y social.

Este cambio de paradigma exige políticas económicas que reconozcan los derechos de la naturaleza y fortalezcan la participación de las comunidades en la toma de decisiones. El documento rechaza las falsas soluciones del “capitalismo verde”, que busca maquillar el extractivismo con etiquetas de sostenibilidad.

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Del lado de las comunidades: una opción ética y espiritual

En su tercera parte, las orientaciones reafirman el compromiso de la Iglesia con los pueblos originarios, campesinos y afrodescendientes. Inspiradas en la “Economía de Francisco” y el estilo de vida de la “sobriedad feliz”, promueven alternativas comunitarias y solidarias frente a la imposición de megaproyectos mineros.

“La minería divide a las familias y destruye el tejido social”, lamentó el obispo Geovanni Paz desde Ecuador, quien también denunció la militarización de territorios en defensa de intereses extractivos. Para él, “defender la vida es un mandato del Evangelio”.

Fortalecer a las Iglesias locales: ecología, espiritualidad y formación

El cuarto capítulo llama a renovar el compromiso de las Iglesias locales con una ecología integral. Propone releer la Biblia desde la eco-teología, fomentar la espiritualidad ecológica y establecer redes pastorales territoriales abiertas al diálogo ecuménico, interreligioso y con los movimientos sociales.

Hunter Farrel, pastor evangélico y académico estadounidense, valoró el documento como un paso clave: “Tradicionalmente, la Iglesia ha mediado entre las partes. Ahora debe pasar a defender activamente a las víctimas”.

Relación con Estados y empresas: desde la justicia, no desde la neutralidad

Finalmente, el texto afirma que la Iglesia tiene la responsabilidad de dialogar con gobiernos y empresas desde una posición profética. “Es deber del Estado garantizar derechos humanos y de la naturaleza, y de las empresas respetar las leyes ambientales”, enfatiza. La Iglesia se compromete a acompañar a las comunidades desde su vocación misionera, exigiendo reformas estructurales y participación real.

“El aumento de la minería va de la mano del sufrimiento humano y el deterioro de toda forma de vida”, advirtió desde Roma el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral.

Un documento que es llamado, denuncia y propuesta

Las Orientaciones Pastorales ante los Impactos de la Minería no se limitan a una reflexión moral, sino que ofrecen un llamado urgente a cambiar el modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe. Denuncian las lógicas de explotación que sacrifican vidas y territorios, y convocan a la conversión ecológica como camino de esperanza.

Heriberta Fernández, defensora dominicana, resumió el espíritu del documento: “El territorio no es solo un espacio físico, es donde crece la vida. La Iglesia no puede ser neutral, debe tomar partido por los pueblos”.

El texto completo puede descargarse gratuitamente en www.celam.org. Se espera que sea una herramienta clave para el trabajo pastoral en defensa de los territorios y de la Casa Común en toda América Latina.

Orientaciones Pastorales de La Iglesias by Tv

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